Ayer se dispararon los precios mundiales del petróleo, el dólar y los
granos. A nivel local, las personas tendrán que lidiar con mayor costo
de sus provisiones mensuales, el próximo gobierno sumará presiones
inflacionarias adicionales y –por qué no– la posibilidad latente de
más retiros desde las AFP.
Isabel Frías
Periodista U.C.
Cuando parecía venir un respiro tras dos años de una dura pandemia,
la madrugada de este jueves se inicia –para todos– con el avance
ruso sobre Ucrania y el descalabro en las horas siguientes en todos los
mercados mundiales que generaron el abrupto incremento de precios de
casi todas las materias primas ligadas a la alimentación, al
transporte, la energía y a la fabricación de armas.
Es decir, en un lapso de tiempo muy breve, los países despertamos con
dos malas noticas de tamaño mayúsculo: Mientras Tarapacá estrenaba su
próximo avance a Fase de Apertura Inicial, la ciudadanía se imponía
por todos los medios de comunicación que el mundo ahora se instala en
una tensión militar, de consecuencia insospechada, de concretarse las
sanciones del infierno prometidas contra el gobierno de Vladimir Putin
por parte de Estados Unidos y de los países europeos que conforman la
temida OTAN. Hasta ahí la primera mala nueva.
La segunda es de efecto de corto, mediano y largo plazo para toda la
población del planeta, pero que afectará sin duda a los grupos más
pobres y vulnerables, en todas partes.
EL DRAMA DE LOS ALIMENTOS
Desde ya tendríamos que asumir que este conflicto –aparentemente muy
lejano– golpeará a nuestro país por diversos frentes ya que a partir
de ayer se encareció el precio del petróleo, gas, hierro y los
llamados “commodities agrícolas” como son el maíz que Chile debe
importar. De hecho, todo lo que no cultivemos o fabriquemos deberá ser
adquirido a un precio mayor que antes.
Otro grano estratégico para la economía de las familias es el trigo,
producto que ya está en sus máximos históricos., mientras imitan este
comportamiento los aceites y todos los cereales: Los consumidores verán
reflejada esta Guerra Rusia-Ucrania cuando vayan al supermercado y
adquieran pan, fideos, carne, arroz y el resto de los alimentos de la
canasta básica.
No está de más recordar que, un alza de precios en los alimentos, no
golpea por igual a todas las personas, ya que la inflación alimentaria
afecta de manera mucho más fuerte a los grupos más vulnerables porque
allí es donde gastan el grueso de sus escasas entradas.
De esa manera, cualquier análisis económico lleva a prever que en el
próximo gobierno de Gabriel Boric, el Ministerio de Desarrollo Social
tendrá tantas presiones como la cartera de Hacienda, abriendo la puerta
para que se cuelen por allí conflictos y demandas sociales que vendrán
a sumarse a la lista de reformas y promesas que dejó la última campara
electoral.
SACANDO CUENTAS
Ahora bien, el impacto en los mercados globales también es diverso.
Rusia es hoy el primer productor de gas natural y el segundo gran
exportador de petróleo después de Arabia Saudí y el precio del barril
del crudo –se proyecta– podría alcanzar sin problemas los 150
dólares. Este solo elemento es un flanco de conflicto para Chile,
particularmente para las empresas mineras que utilizan diésel para los
camiones de extracción y toda la cadena de suministros.
Según se apresuró a alertar la agencia económica Goldman Sachs,
existe una gran amenaza inflacionaria sobre la región Latinoamérica,
pero Chile y Colombia serían los casos más complejos de solucionar
porque ambas naciones son muy dependientes del petróleo.
La fecha es propicia para resaltar que, durante el pasado mes de enero,
el IPC fue de 1,2%, monto que dobló las expectativas que se tenían.
Ahora se preparan “los ánimos” para cerrar febrero con la
inflación más alta registrada para un mes como este en 35 años.
¿La peor pesadilla de inversores y analistas? Que desde el Congreso
resurjan los intentos por tramitar otro nuevo retiro desde las cuentas
individuales desde las AFP, con la excusa de la «apretura» que se
avizora.
Todo lo anterior añade dudas sobre cómo manejará las cuentas
fiscales el gobierno de Gabriel Boric, dado que presentó una agenda
basada en un esquema de mayor contención para los sectores
desfavorecidos y eso requiere –a todo evento– de más dinero que,
por ahora, parece se verá fuertemente reducido mientras el fuego
atraviese los cielos de Kiev, la capital ucraniana.
