El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Iquique condenó a Félix Patricio Ramírez Carvajal y Raúl Antonio Morales Gutiérrez a dos penas de tres años y un día de presidio como autores del delito de cohecho y un delito de tráfico ilícito de pequeñas cantidades de estupefacientes. Ilícitos perpetrados en junio de 2020 en la comuna de Alto Hospicio.
En fallo unánime (causa rol 313-2021), el tribunal –integrado por los magistrados Moisés Pino Pino (presidente), Cristian Alfonso Durruty, y Juana Rosa Ríos Meza (redactora) – aplicó, además, a Ramírez Carvajal y Morales Gutiérrez las accesorias legales de accesoria de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos u oficio públicos durante el tiempo de la condena, y a una multa de dos UTM y una UTM, respectivamente, por el delito de cohecho; y inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos u oficio públicos durante el tiempo de la condena; y a una multa a beneficio fiscal ascendente a dos UTM y una UTM, respectivamente, por el delito de tráfico ilícito de pequeñas cantidades de estupefacientes.
En la causal, el tribunal condenó además a Cristián Boris Berríos Pérez a la pena de 541 días de reclusión menor en su grado medio y a una multa de media UTM; con la accesoria de suspensión de cargo u oficio público, si alguno ejerciere, durante el tiempo de la condena, como autor de un delito de soborno; y a una pena de tres años y un día de presidio, más la accesoria de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos u oficio públicos durante el tiempo de la condena; y a una multa a beneficio fiscal ascendente a media UTM, por su responsabilidad como autor de un delito de tráfico ilícito de pequeñas cantidades de estupefaciente, ambos ilícitos cometidos en Alto Hospicio en junio de 2020.
También condenó a Lorena del Carmen Acuña Salinas a una pena efectiva de tres años y un día de presidio menor en su grado máximo, a la accesoria de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos u oficio públicos durante el tiempo de la condena; y a una multa a beneficio fiscal ascendente a media UTM, como autora de un delito de tráfico ilícito de pequeñas cantidades de estupefacientes, sorprendido en Alto Hospicio el día 25 de junio de 2020.
Asimismo, condenó a Mary Angélica López Villalobos, a Javiera Paz Cárdenas Olivares y a Fernanda Lizabeth Zuleta Ross a una pena de 541 días de reclusión, a una multa de media UTM, y a la accesoria de suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de la condena, como autoras de delito de soborno; y a la misma pena y accesoria como autoras de un delito de tráfico ilícito de pequeñas cantidades de estupefaciente, cometido en Alto Hospicio durante el mes de junio de 2020.
Por cumplir los requisitos establecidos en la ley, a López Villalobos, Cárdenas Olivares y Zuleta Ross se les sustituyen las penas corporales impuestas por mil ochenta y dos días de libertad vigilada intensiva, quedando sujetas al cumplimiento de un plan de intervención individual para cada una.
Fallo que dio por acreditado, más allá de toda duda razonable, que el gendarme Félix Ramírez Carvajal ingresaba y facilitaba el acceso al penal de Alto Hospicio de sustancias estupefacientes y elementos prohibidos, los que eran entregados en su domicilio o en puntos acordados, por lo cual solicitaba un pago.
Así se pudo establecer que el 2 de junio de 2020, Mary López Villalobos acudió al domicilio de Ramírez Carvajal con el objeto de entregarle bolsas con dinero en efectivo y un celular enviado por Evelyn Otárola León a su pareja Miguel Pizarro Taborda, recluido en el módulo 43 del penal de Alto Hospicio; y el 4 de junio llevó una bolsa con sustancias estupefacientes prohibidas de parte de Fernanda Lizbeth Zuleta Ross para su pareja Juan Laferte Carvajal, interno del módulo 45.
Posteriormente durante la mañana del día 25 de junio de 2020, y previas conversaciones y actividades de coordinación realizadas a partir del día 23 de junio para ingresar droga a la cárcel de Alto Hospicio, Patricia Pérez llegó al penal portando bolsas con alimentos, las que entregó a Jorge Tapia Tolmo y que éste recibió como destinadas a su hijo Jorge Tapia Astudillo, interno del módulo 43, y en conocimiento del contenido ilícito del encargo, hizo tiempo para pasar al sector de la revisión. Al percatarse de la llegada del gendarme Raúl Morales Gutiérrez, quien no prestaba servicios en esa sección, y a quien se realizaría un pago para que dejara pasar los alimentos con droga sin revisión, se acercó a él y le pasó la encomienda, poniendo todo en una bolsa negra que dejó donde se ubicaban las encomiendas para su revisión a través de los rayos X, cuya máquina había sido desconectada momentos antes, luego de lo cual, y sin haber revisado otras encomiendas, el gendarme Morales se retiró del penal, constatando los policías que en la bolsa de confites había 10 globos de color naranjo y verde, contenedores de marihuana con un peso de 10,60 gramos brutos, y 3 globos de color rojo, contenedores de cocaína base con un peso de 4,65 gramos brutos.
Tales sustancias fueron entregadas por Karolina Hernández Quinteros a Javiera Cárdenas el día 23 de junio a las 13:25 horas, quien informó a su pareja Boris Berríos, el que le ordenó que una vez oculta y dosificada la droga se la entregara a su madre Patricia Pérez, para que coordinara con el padre del interno Jorge Tapia Astudillo, Jorge Tapia Tolmo, para acordar la entrega de la misma el día 25 de junio afuera del penal.
