Esta climatización es tan simple y ultra económica que parece ideada para Tarapacá. Aquí, le explicamos a los lectores de El Longino cómo mejorar la eficiencia energética de una casa construyendo este tipo de fachada ecológica, que suaviza el calor del día y abriga durante la noche.
Isabel Frías
Periodista U.C.
Aunque los paneles solares domésticos hoy son mucho más accesibles que hace 10 años atrás, todavía resulta un recurso caro para aclimatar el hogar de una familia común.
Este hecho no es menor en Tarapacá, que tiene mucha población que vive en las localidades del interior, donde las temperaturas nocturnas caen abruptamente.
Es para este grupo de tarapaqueños que las tecnologías de construcción moderna y sustentable ofrece el muro “Trombe”, un fantástico recurso que la cultura ambiental de estos días ha venido destacando y, por lo mismo, gana adeptos acá y en todo el mundo.
CÓMO SE CONSTRUYE
Para habilitar este sistema de “climatización pasiva” se requieren al menos cuatro elementos:
1. El muro. Este debe estar orientado de tal modo que quede expuesto al sol durante el mayor número de horas posible. Debe tener un grosor entre 20 a 40 cm, ser opaco y levantado con materiales de alta masa térmica, como el adobe, el hormigón o incluso el agua.
2. Un vidrio traslúcido. Se coloca en paralelo al muro, siendo lo más recomendable escoger un vidrio bajo emisivo para, así, reducir las pérdidas de calor. Con este componente, lo que se consigue es una suerte de efecto invernadero crucial para el funcionamiento del mecanismo.
3. Cámara entre el muro y el vidrio. Éste es un componente clave del diseño para conseguir el efecto energético. Así, debe dejarse un espacio libre de entre dos y 15 centímetros entre el muro y el vidrio. En esa franja se mantendrá el calor generado por la luz que atraviesa el vidrio y que es absorbida y acumulada sobre la pared. La capa vidriada impide los escapes de radiación.
4. Rejillas de ventilación. Esta pieza es fundamental ya que conduce el aire caliente desde el exterior al interior, y en sentido contrario también. Las rejillas se instalan en la parte superior e inferior del muro y, de paso, ayudan a que las corrientes que la enfríen o provoquen un sobrecalentamiento.
¿INCONVENIENTES?
Desde el punto de vista de la finalidad energética y ambiental, la fachada “Trombe” no tiene desventajas ni contraindicaciones por así decirlo.
Sin embargo, algunas personas los consideran “poco atractivos” visualmente: En el interior de la casa se asemejan a una típica pared de ladrillo, pero en el exterior de la casa alguien podrá encontrarla sin mucha estética.
Asimismo, este tipo de muro podría bloquear la principal fuente de luz natural de la mayoría de las casas, lo cual obliga a pensar un rediseño de los puntos focales de la vivienda.
Por último, los muros “Trombe no funcionan bien si la trayectoria del sol está bloqueada por árboles, montañas u otros edificios.
Respecto de este listado, los entusiastas afirman: “Nada que no tenga solución”.
NOBLES VENTAJAS
Cualquiera que opte por este Muro conseguirá aclimatar su hogar utilizando solo la luz solar, que es gratuita y posee nobles beneficios para la salud.
Entre las fortalezas de esta climatización está, por cierto, la simplicidad para el acondicionamiento de este mecanismo, así como con el mínimo esfuerzo que requiere una vez habilitado.
Durante el verano, este tipo fachada (bien diseñada) suavizará cualquier exceso de calor y lo “retendrá” para ser utilizado en la fase más helada: De acuerdo a los cálculos de constructores e ingenieros de ese rubro, un muro de 40 centímetros retendría el calor al menos durante 8 horas antes de que llegue al interior de la vivienda.
Es por eso motivo que los adeptos crecen y crece: El muro o fachada “Trombe” dará un respiro durante las horas centrales de un día de verano, y aclimataría el hogar al caer la noche.
