Si el primero cobra notoriedad con los cambios al sistema de pensiones,
el segundo combina asuntos estratégicos como el Cambio Climático. El
actual período de transición que vive Chile –que algunos visualizan
con incertidumbre– en realidad serían los “dolores de parto”
previos a crecer hacia un mayor desarrollo (sustentable).
Isabel Frías
Periodista U.C.
Modelo exitoso de vacunación ante una pandemia devastadora, pensión
mínima garantizada para los mayores de 65 años, energías limpias y
renovables, aprovechamiento de las mayores reservas de litio del mundo,
nueva Carta Fundamental, una sociedad más protegida con Derechos
Sociales más robustos y un mejor sistema de representación política,
con menor centralismo y amplia diversidad.
Ese breve listado contiene algunas de las tendencias que –en este
mismo momento– están en pleno desarrollo en Chile y que están
llamadas a consolidarse a partir de este 2022, que además coincide con
un nuevo ciclo político del país: Aunque los viejos enclaves están
desgastados y “crujen”, la ciudadanía desea cambios que no solo
aporten tiraje a la chimenea, sino que se pode un árbol que aspira a
crecer más alto.
GENTE MAYOR
Si hace unos años, decir Tercera Edad o “gente mayor” era una
especie de estigma, hoy ese concepto ha adquirido otras interpretaciones
en parte por el peso de los pensionados o jubilados en la sociedad.
Esto ya se observa en los mercados que hablan de “economía
plateada” (silver economy, en inglés), donde los ciudadanos a partir
de los 50 años han pasado a tener más ingresos, más patrimonio o
bienes durables y pueden hacer ganar (o perder) dinero a empresas de
muchos sectores: Farmacéutico, médico, turístico, gastronómico, de
entretención, transporte aéreo, servicios y, por supuesto, marcar la
diferencia cuando se habla del negocio de la política, ya que pueden
–disciplinadamente– dar su voto y preferencia a unos o castigar a
otros.
Muchos trabajan hasta bastante años después de haber jubilado
formalmente, mientras crece el número de emprendedores que “pintan
canas” y otros tantos hace rato cuentan con la renta de alguna
propiedad extra y son dueños de alguna pyme donde trabajan hijos o
nietos.
Un elemento clave de esta generación dorada está en que no solo
aborrece las deudas, sino tampoco posee compromisos financieros.
Ahora, mientras se apuesta por cambiar el sistema de pensiones vigente
y entra muy pronto en escena la pensión Garantizada Universal, la
calidad de vida de los chilenos que tienen 65 años se elevará,
abriéndose una batería de nuevos y auspiciosos escenarios.
COLOR TIURQUESA
El segundo concepto que está llamado a instalarse a partir de marzo de
este 2022 es el de la “Diplomacia Turquesa”, y que esbozó la
abogada Antonia Urrejola Noguera (PS) tras ser nombrada como futura
ministra de Relaciones Exteriores del gobierno de Gabriel Boric.
Junto con haber sido la primera chilena en llegar a la presidencia de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la próxima
secretaria de Estado adelantó que la “Diplomacia Turquesa” será
uno de los nuevos ejes de nuestras relaciones diplomáticas.
La apuesta alude a la síntesis del color verde –indicador de los
espacios terrestres– con el color azul, apuntando a mares y océanos;
es decir, a los espacios marítimos del país. La combinación de ambos
colores da como resultado el color turquesa, lo que implicará un nuevo
énfasis en el tema medioambiental, cuidado de los ecosistemas y un
compromiso más explícito para revertir el Cambio Climático.
En el caso chileno, esta nueva categoría integraría además asuntos
más específicos como la conservación de los glaciares y protección
de los hielos antárticos, los que recién comienzan a tener más
visibilidad a raíz de investigaciones que alertan sobre su acelerado
derretimiento.
La idea de fondo es que ninguna política pública, ni mucho menos
ninguna actividad comercial deje de adherir a esta nueva visión de
desarrollo sustentable.
