El autor del movimiento “Realfooding” comparte alternativas simples para conseguir este objetivo porque -según este afamado nutricionista- dejar de comer no ayuda a perder peso sino la salud.
Isabel Frías
Periodista U.C.
Llegada la primavera, una parte de la población se enfoca rápidamente en cómo perder kilos y grasa, pero pocas veces se entregan recetas de una forma tan práctica y accesible como lo hace el nutricionista Carlos Ríos en su libro Pierde grasa con comida real, de Editorial Paidós.
El autor del movimiento Realfooding (Comida real), es uno de los dietistas más influyentes en la red porque se ha hecho famoso con videos virales sobre qué sí y qué no comprar en el supermercado para comer bien cuando no se dispone ni de mucho tiempo ni dinero ni la afición por cocinar.
Y sabe del tema: “Puedes adelgazar perdiendo líquidos, lo que puede ocasionar una deshidratación. O perdiendo masa muscular. Pero no es saludable. Es más correcto hablar de pérdida de grasa que de pérdida de peso porque realmente lo que nos sobra es grasa. Y hay que darle tiempo al cuerpo para que esa pérdida se produzca”, afirma y sugiere: Tampoco nadie bajo de peso comiendo solo quesillo…
ES MEJOR UN YOGUR NATURAL: “Los mejores yogures son los que no llevan azúcares añadidos (se etiquetan como naturales) y los que no están edulcorados ya que los edulcorantes provocan mayor antojo de dulce después de su ingesta. Además, está comprobado que la grasa de los lácteos sacia más, por lo que un yogur griego natural va a saciar más que uno desnatado edulcorado”, explica. Y es que si hay algo en lo que insiste Ríos es que perder grasa no depende de un solo alimento, sino del conjunto de alimentos que tomamos a lo largo del día. Y a la hora de perder grasa lo importante es generar un déficit calórico de forma que se gasten más calorías de las que se ingieren.
CENAR BIEN: “Si por la noche se tiene hambre se pueden hacer cenas abundantes, es decir, abundantes en proteínas, fibras… Por ejemplo, se puede cenar un puré, una crema de verduras o un salteado de champiñones, espárragos y pimientos y seguir con un pescado a la plancha, pollo al curry o un revuelto con huevos y alguna verdura”, explica. Y sí, se puede terminar con un yogur y no está mal.
EL FACTOR CAFÉ: Aunque el objetivo final, tal y como explica Ríos, es intentar acostumbrar al paladar a los sabores naturales de los alimentos, si no podemos tomar el café sin edulcorar o azucarar, el experto aconseja unas gotas de estevia o edulcorante de mesa. Respecto a la leche, puede ser entera, semidescremada, descremada o vegetal. “No es más sana la desnatada ni engorda menos que la entera. Es cierto que tiene menos calorías, pero la alimentación es un cómputo global. No por tomar leche desnatada se adelgaza. Y las bebidas vegetales son una opción más sostenible, siempre que sean sin azúcares añadidos”, explica.
EL PAN, FUERA DE LAS COMIDAS: El creador del movimiento Realfooding recomienda tomar el pan fuera de las comidas. “En preferible evitar el pan como acompañamiento durante las comidas principales porque aporta unas calorías extra que no son necesarias ya que deberíamos saciarnos con la comida. Es preferible tomarlo integral, preferiblemente en el desayuno, merienda o cena como si fuera una comida en sí misma», explica. ¿Un ejemplo? Un bocadillo con melva y pimiento o con huevos y aguacate.
CARNE ROJA VERSUS SUSHI: El sashimi de pescado es una opción perfecta, pero el sushi que se prepara con arroz azucarado es preferible reservarlo para comidas especiales. “Con el sushi se ingiere pescado, pero también exceso de salsa de soja (que favorece la retención de líquidos) y arroz blanco bañado en azúcares”.
Y si lo comparamos con un buen filete de carne roja, el experto se decanta por la segunda opción. “Tanto pescados como carnes, consumidos en menor medida que los vegetales, son buenas opciones. La clave siempre es que la verdura supere en cantidad a las proteínas de origen animal en el cómputo global”.
SIN EXCESOS: “Un fin de semana puede bastar para arruinar un plan de pérdida de grasa. Quizá no para engordar, pero sí para frenar la pérdida”, afirma categórico en su libro.
Está claro que la vida social a veces no lo pone fácil cuando se está intentando perder grasa, pero para Ríos se trata de aplicar el sentido común. Es decir, “el problema es hacer una dieta restrictiva de lunes a viernes y de viernes a domingo generar un superávit que arruine el progreso”, afirma. Pero eso no quiere decir que no se puedan hacer excepciones cuando se quiere perder grasa, pero esas excepciones no pueden superar el 10% de la dieta, es decir, se pueden hacer una o dos comidas excepcionales a la semana o una comida y una merienda», concluye.