Últimamente, muchos se creen con el derecho a contar su verdad ─irrefutable, por cierto─ incluso jóvenes que ni siquiera nacían se permiten hablar con una propiedad como si hubiesen vivido ese periodo, no de hace 50 sino de 70 años antes. En efecto, las cosas en Chile se comenzaron a fragmentar con bastante anterioridad. Entre los años 1954-1955 se generó un movimiento deliberativo militar: “La línea Recta” en apoyo al gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, secuela de uno anterior ─PUMA─ que le costó la carrera a muchos de sus integrantes, entre ellos al director de la Escuela Militar, Ramón Salinas, siendo yo alumno en aquellos años. A nuestra generación no nos afectó, ni tampoco importó pues éramos cadetes de 14 y 15 años y como se dice ahora, “no cachábamos nada.” Trascendió sí, un conflicto conocido como la “Batalla de Santiago” (1957) producto de un alza en la locomoción colectiva con participación de organizaciones estudiantiles, donde falleció un alumno desatando una reacción similar a la del estallido delincuencial de hace unos años, lo que obligará a la participación del Ejército para imponer el orden.
En 1964 fue elegido presidente don Eduardo Frei M., con una aplastante mayoría y muchos de mi generación le habíamos dado nuestro voto por los valores cristianos y la clase media que representaba. Preconizaba la “Revolución en Libertad” basada en innovaciones como: 1) La “Reforma Agraria, 2) la “chilenización y nacionalización del cobre”, y 3) la “Promoción Popular”, con una ley destinada a fomentar las organizaciones comunitarias y la participación de los grupos marginados. Sin embargo, pese a los adelantos obtenidos por su gobierno la mayor crítica fue la Reforma Agraria que dio lugar a 1.3000 expropiaciones con cerca de 3,5 millones de hectáreas y la sindicalización del campesinado. No obstante, en el tercer año de gobierno las altas expectativas generadas no encontraron respuesta y la situación económica provocó una crisis general. En las instituciones de la Defensa Nacional, la realidad era insostenible, no tan solo por muy bajas remuneraciones, sino por una serie de medidas que afectaron gravemente la seguridad nacional, como la reducción drástica del contingente y la falta de implementos, obligando declarar muchas unidades en receso. Por otra parte, el incidente de Laguna del Desierto causó gran desaliento por cuanto se juzgó que el Gobierno de Chile había actuado con demasiada debilidad en el campo de las relaciones exteriores con Argentina.
El descontento se hizo general de lo que sacó provecho la izquierda, cobrando mayor fuerza con los efectos de la guerra fría y la revolución cubana que propugnaba copar en el resto de los países de América y que más tarde dio sus frutos con la elección de Allende con el triunfo de la Unidad Popular.
Fernando Hormazábal Díaz