Quienes trabajamos en educación inicial, sabemos que el juego es el lenguaje natural de niños y
niñas, a través de él aprenden a relacionarse, desarrollan habilidades y comparten significados.
Por lo anterior, esta Navidad, la invitación es a preguntarnos qué queremos para las infancias en
Chile, evitando seguir con la tradición o la acción casi instintiva de regalar muñecas a las niñas y
juegos de ciencias a los niños.
Con los regalos de Navidad, sin querer, muchos adultos reproducimos los estereotipos de género
que existen en la sociedad y contribuimos a fomentar los roles sociales que representan la
desigualdad histórica entre hombres y mujeres.
Hace unas semanas, en España, el Ministerio de Consumo -organismo que vela por la protección y
defensa de los derechos de los consumidores, entre otros aspectos- y los principales fabricantes
de juguetes del país ibérico, firmaron un código de autorregulación que busca dejar atrás los
estereotipos de género que diferencian juguetes para niños y otros para niñas, también se busca
impedir su sexualización y la promoción del lenguaje inclusivo. La regulación española promueve,
además, que los anuncios publicitarios sean más igualitarios, veraces y constructivos en relación a
los roles femeninos y masculinos.
Se trata de una iniciativa que debemos observar atentamente, para analizar los beneficios que su
aplicación puede traer para el desarrollo igualitario de niños y niñas, y no seguir fomentando la
analogía del hombre productor, asociado al trabajo fuera de casa, y la mujer en su rol reproductor,
asociado a las tareas domésticas y de cuidado.
Por lo anterior, es importante que hagamos un llamado a mirar esta celebración como una
oportunidad para darnos cuenta que el determinismo de los juguetes y colores en relación con el
género, muchas veces, limita las aspiraciones y sueños en la niñez, definiendo sus anhelos futuros,
por ejemplo, a ser futbolistas o ingenieros en el caso de los niños o bailarinas y enfermeras en el
caso de las niñas, lo que termina reproduciendo las prácticas de exclusión social según sesgos de
género.
No se trata de decirle a los padres y madres qué es lo que deben regalar a sus hijos/as, pero sí
recordarles que, al principio de nuestras vidas, el primer agente socializador es la familia. En este
grupo nuclear los niños/as desarrollan sus valores y afianzan sus apegos, pero también pueden
terminar aprendiendo, de manera inconsciente, comportamientos estereotipados relacionados
con juguetes, juegos, colores o roles, viendo limitado su desarrollo, aprendizajes y futuro.
Desde los jardines infantiles y salas cuna de Fundación Integra, niños y niñas están llamados a
aprender en interacciones colaborativas, considerando la perspectiva de género y la
corresponsabilidad en los roles sociales, familiares y laborales, avanzando en la distribución
equitativa de tareas y responsabilidades entre hombres y mujeres. De esta manera, buscamos
aportar efectivamente a construir una sociedad más equitativa y justa desde la primera infancia.
Nataly Rojas Seguel
Directora Ejecutiva
Fundación Integra