Así resume el único persecutor que posee la Provincia del Tamarugal, el acreditado abogado Hardy Torres López. En entrevista con El Longino, éste realiza una reveladora radiografía sobre los delitos más cometidos en las comunas del interior de Tarapacá y lo contrasta con Camiña, lejos el lugar más “pacífico” de nuestra región.
Isabel Frías
Periodista U.C.
Con doce años en la circunscripción del Ministerio Público que abarca las comunas de la provincia del Tamarugal, el fiscal Hardy Torres López es tal vez el profesional más acreditado para hablar sobre cómo se han expandido y cambiado los delitos que se cometen en esos territorios del interior de Tarapacá.
El abogado valdiviano, acreditado con postítulos en la Universidad de California y la Universidad española de Granada, parta la conversación con El Longino haciendo una reseña muy precisa a la hora de cuantificar la criminalidad que se comete en esta zona: “Comparado con lo que me hice cargo en el año 2010, que fue cuando llegué, aquello es absolutamente distinto a lo actual, tanto en volúmenes, el tipo y la distribución de los diferentes tipos delitos”.
Partamos por observar los “volúmenes” en cifras redondas. ¿Cuántos delitos se producían hace más de una década atrás en esa importante provincia regional?
– Hacia el 2010, había aproximadamente 1.600 causas al año en la provincia, mientras el año pasado terminamos con 4.500 y en este primer semestre 2022 se ha producido un aumento respeto de igual período anterior del orden del 74% de los delitos.
Respecto del tipo de delito que se cometen en el Tamarugal, ¿también ocurre un cambio desde el 2010 a la fecha?
– Lo que más había hacia 2010 era tráfico de drogas, amenazas y cuasi delitos en materia de accidentes del tránsito.
La diferencia se marca respecto de las causas del año pasado es que, ahora, se agrega el delito de tráfico de migrantes que tuvo un aumento de más de 400% solo entre el año 2020 al 2021. Otro delito que ha subido una enormidad es el contrabando; también se han incrementado las causas de lesiones y robos de manera muy notoria.

¿Existen cambios en los lugares donde se cometen estos mayores delitos?
– Siguen siendo más o menos los mismos puntos neurálgicos donde se cometen los delitos, destacando sí que el lugar más tranquilo de la provincia podría consignarse a Camiña, quien mantiene esa condición más pacífica y que es, lejos, la comuna que menores índices delictuales de la provincia: Si bien tiene delitos, no se comporta en las mismas proporciones, intensidades ni frecuencia que tienen el resto de las localidades.
El foco sigue estando fundamentalmente en Pozo Almonte, Colchane y Pica, sin perjuicio que en el último tiempo por el mayor flujo de migrantes también Huara aparece con un incremento que puede evaluado como considerable.
¿Y cómo está la Fiscalía del Tamarugal términos de recursos para perseguir delitos? ¿Se reproduce el centralismo de Iquique y Alto Hospicio respecto del resto de las comunas de Tarapacá?
– La verdad es que las mismas políticas nacionales se repiten a nivel regional. En términos porcentuales, a modo de ejemplo, la Fiscalía del Tamarugal del 2010 representaba un 8% de los delitos que se cometían en toda Tarapacá.
Sin embargo, a este año, representamos un 15% de los delitos de la región y que respecto solo de nuestros territorios implica prácticamente casi el doble de causas y hemos doblado también la incidencia regional.
¿Un incremento del doble de causas, pero con otro escenario de recursos?
– No. Somos la dependencia de la fiscalía regional que recibe menos recursos de todas; es decir, nosotros nacimos con apenas un fiscal y mantenemos exactamente ese mismo número unitario a pesar de que la realidad delictual y criminal ha cambiado ostensiblemente.
¿O sea que usted es el mismo “único” Fiscal del Tamarugal tanto para 1.000 como para 4.500 causas?
– Sí, en efecto.
¿Cuál es hoy la planta de funcionarios de la Fiscalía del Tamarugal?
– Ocho funcionarios de manera permanente, más un profesional bajo régimen de honorarios y, evidentemente, para nosotros se nos hace muy complejo que nueve funcionarios intenten absorber 4.500 causas y 150 juicios orales que es el número promedio que realizamos en un año.
Tenemos una dotación que es objetivamente insuficiente para las necesidades.
¿Esto sucede mientras el origen de los delitos de Tarapacá está en comunas de la provincia del Tamarugal marcada por la frontera terrestre?
– Así es y el punto es relevante porque si contáramos con más recursos, obviamente que ello implicaría una disminución de la criminalidad y delitos cometidos en Iquique y Alto Hospicio, que son las otras dos fiscalías y las principales a nivel regional.
La Fiscalía partió con 1 fiscal, 1 juez de garantía y un defensor penal, ¿cómo están la Fiscalía del Tamarugal respecto de las otras dos instituciones?
– Cuando partió el actual sistema procesal penal en el año 2002 tuvimos esos números que usted señala. Pero, a la fecha, ya hay tres jueces de garantía para esta provincia, tres Defensores y nosotros tenemos apenas un solo Fiscal que es el suscrito.
¿Cuáles son las principales dificultades que genera esta estrechez evidente de recursos humanos?
– Son variadas las dificultades, algunas de carácter operativas muy complejas como, por ejemplo, si esta Fiscalía tiene que efectuar procedimientos en Colchane -como se ha visto en los últimos dos años- como el caso de los militares bolivianos, yo tengo que desplazarme hacia la frontera presencialmente y trabajar allá 2 o 3 días, significa que la provincia del Tamarugal queda sin Fiscal.
Ahora, si estoy otros cuatro días o una semana en Iquique encabezando un juicio oral, aquello implica que acá en el interior no solo no hay Fiscal, sino que las decisiones se deben prorrogar o aplazar hasta que yo vuelva a las dependencias institucionales en Pozo Almonte. Además, juega en contra que se asocia a la ruralidad con menor carga de delitos y ello no es así. La verdad si uno hiciera el ejercicio de ampliar los delitos en relación a la cantidad de población que vive en la zona, se encontraría con muchas sorpresas.
¿Sorpresas de qué tipo, por ejemplo?
– Si tomamos la cantidad de población de Alto Hospicio que es muy considerable, pero esa comuna representa poquito más que el doble de delitos que la provincia de El Tamarugal: mientras allá se comenten 2,1 delitos acá se produce 1,0. Y en Iquique es de 3.7.
En tanto, en Hospicio trabajan 4 fiscales y en Iquique son 9.
O sea, ¿la complejidad penal se relaciona con la visibilidad de la criminalidad que sería menos notoria en el Tamarugal?
– ¡Evidentemente que se trata de una complejidad de ese tipo, solo de apariencia y visibilidad! Porque tener menos recursos no es solo que se acumulan más causas, sino que la investigación de los delitos se demoran más de lo que se quisiera.