El litio es el presente y futuro de la minería. Este mineral es clave para que el mundo pueda
transitar a la electromovilidad, por lo que su demanda ha crecido exponencialmente en los
últimos años.
Por eso hoy se habla del “boom del litio”. Chile es uno de los países con mayores reservas
naturales de este mineral. Durante años fuimos los mayores productores del planeta, pero
nos dormimos y nos rebasaron. Australia nos superó por mucho y lo mismo podría ocurrir
ante Argentina y China si es que no reaccionamos a tiempo.
Solo para tener una noción de la oportunidad que estamos perdiendo: El Estado de Chile
recibió cerca de US $2.198 millones en el primer semestre de 2022 a través de los
impuestos y royalty que paga la mayor compañía autorizada para producir litio del Salar de
Atacama. Se espera que el aporte a la recaudación fiscal durante este año, de los dos
productores de litio que pueden operar en Chile, sea del orden del 1,3% del PIB, en el
contexto de una producción nacional cercana a las 200.000 toneladas de carbonato de litio
equivalente al año. Esa cantidad está limitada a lo que la legislación hoy permite, pero
podría crecer mucho más.
¿Pero cómo enfrentar este desafío? La producción en Chile no ha aumentado producto de
las restricciones legales, que permiten solo a dos empresas producir litio e impiden la
explotación de otros salares. Si la industria se abre a nuevos actores, atrayendo innovación,
inversión y competitividad, la producción anual podría aumentar en al menos 400.000
toneladas, totalizando 600.000 cada 12 meses.
En ese escenario, aumentar la producción generaría una gran recaudación adicional para el
Fisco. Si el precio de venta promedio anual fuese de US $30.000 la tonelada de carbonato
de litio, el Estado llegaría a recaudar US $2.956 millones al año por esas 400.000 nuevas
toneladas, sumando impuestos y royalty, lo que equivale aproximadamente al 1% del PIB
de Chile.
Ahora, si se vendiese a US $54.000 la tonelada, que es el precio de venta declarado en el
primer semestre de 2022 por SQM, el aporte extra al Fisco alcanzaría los US $6.121
millones, equivalentes al 1,9% del PIB.
En definitiva, abriendo la industria, y así triplicando la producción de litio en Chile, el Estado
recaudaría entre un 1% y 2% extra de su PIB cada año, sólo por concepto de impuestos y
royalty. Si proyectamos esto a 20 años, Chile sumaría entre US $59.123 millones y US
$122.429 millones más de lo que obtiene hoy por el litio.
Pero hay otro aspecto esencial: perfeccionar la institucionalidad del litio en Chile. Abrir la
industria a nuevos operadores, atraer inversión extranjera y tener alianzas público-privadas
para aprovechar al máximo el potencial de este mineral. Construir un gran acuerdo país que
vaya más allá del ciclo político de turno y del programa de Gobierno del momento, tal cual lo
hemos hecho en otras áreas de políticas públicas como las concesiones. Ya son cuatro
décadas en que la minería ha evolucionado muchísimo, pero en las que la legislación casi
no se ha tocado.
El Gobierno del Presidente Boric ha mostrado algunas señales, como la posible creación de
una Empresa Nacional del Litio, pero los avances tienen que suceder hoy.
El mismo subsecretario de Minería, Willy Kracht, comentó hace unos meses en entrevista
con El Mercurio que “esto no es un nuevo Codelco” porque ahora tienen que construir la
capacidad desde cero. A eso agregó que “no tenemos el tiempo ni podemos darnos el gusto
de aprender sin ayuda (…) Necesitamos abrirnos a encontrar socios estratégicos que
tengan el conocimiento, con los que podamos establecer una relación de colaboración para
explotar litio”.
Esos “socios estratégicos” pueden ser variados actores del mundo privado. Que no se
cierren las puertas al resto para asociarse con una o dos empresas; debe aumentar la
cantidad de participantes en esta industria. Así, hay más inversión, innovación y
competencia, lo que se traduce en mayores ingresos para el Estado y desarrollo para el
país.
El “boom del litio” es hoy y no durará para siempre. El precio de este mineral se estabilizará
a la baja en el mediano plazo, mientras se siga desarrollando la industria y vayan surgiendo
nuevas alternativas para el desarrollo de baterías para la electromovilidad. Es momento de
pasar de ser testigos a protagonistas, y para eso el tiempo de actuar es ahora.
Rodrigo Dupouy
Presidente Latam Sorcia Minerals