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Las enfermedades se pueden oler

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Algunas especies poseen cerebros especiales con mayor cantidad de neuronas olfativas. Este año, una emergencia sanitaria en EE.UU. volcó el foco en perros y en hurones, animales que fueron entrenados para hacer un diagnóstico tan rápido como acertado.

Isabel Frías

Periodista U.C.

Debido a un brote de gripe aviar en EE.UU., ocurrido en febrero último, los agricultores han tenido que sacrificar millones de pollos y pavos, y esta emergencia obligó a tomar medidas extremas y urgentes: se comenzó a monitorear –a gran escala– estos brotes utilizando la inusual herramienta del entrenamiento de perros capaces de oler los animales o aves infectadas.

El investigador Glen Golden, que ha entrenado hurones y perros para detectar esa gripe en las aves, explica por qué ciertos animales son más aptos para olfatear la enfermedad: “Algunos animales tienen sentidos del olfato muy desarrollados. Incluyen roedores; perros y sus parientes salvajes, como lobos, coyotes y mamíferos carnívoros como comadrejas, nutrias y hurones”.

Añade que los cerebros de estas especies tienen tres o más veces más neuronas receptoras olfativas funcionales (células nerviosas que responden a los olores) que las especies con capacidades olfativas menos agudas, incluidos los humanos y otros primates.

Estas neuronas son responsables de detectar e identificar compuestos olfativos volátiles que envían señales significativas, como el humo de un fuego o el aroma de la carne fresca.

CÁNCER TEMPRANO

Cuando uno de estos animales detecta un olor significativo, la señal química se traduce en mensajes y se transporta por todo su cerebro. Los mensajes van simultáneamente a la corteza olfativa, que se encarga de identificar, localizar y recordar el olor, y a otras regiones cerebrales responsables de la toma de decisiones y la emoción. De modo que estos animales pueden detectar muchas señales químicas a grandes distancias y pueden hacer asociaciones mentales rápidas y precisas sobre ellas.

En la mayoría de los estudios que han utilizado perros para detectar el cáncer, los perros han identificado muestras físicas, como piel, orina o aliento, de pacientes que han sido diagnosticados con cáncer incluso en etapas tempranas.

Sobre la base estos mecanismos científicos, el equipo investigador estadounidense ha entrenado hurones y perros para detectar la influenza aviar en aves, como patos salvajes y pollos domésticos, en un estudio colaborativo entre la Universidad Estatal de Colorado y el Centro Nacional de Investigación de Vida Silvestre que se encuentra actualmente en revisión para su publicación.

Con los hurones se comenzó entrenándolos para alertar, o señalar que habían detectado el olor objetivo, rascando una caja que contenía altas proporciones de esos compuestos volátiles e ignorando cajas que contenían bajas proporciones.

Este enfoque es similar a la forma en que se entrena a los perros para detectar olores volátiles conocidos en explosivos o drogas ilegales.

A veces, sin embargo, se deja que el propio animal detector determine el perfil de olor al que responderá. Para evitar confusiones sobre lo que detecta un animal entrenado, se les enseña una respuesta de comportamiento diferente para cada olor objetivo, argumentan.

EL PERRO, UN PRIVILEGIADO

En el caso de los perros del Programa de Detección de Enfermedades Caninas de los Servicios de Vida Silvestre de EE.UU. responden con una alerta agresiva, como rascarse, cuando detectan una muestra de un pato infectado con la gripe aviar.

En cambio, cuando detectan una muestra de un venado de cola blanca infectado por el prión que causa la llamada “emaciación crónica”, responden con una alerta pasiva, como sentarse.

La investigación en la Universidad de Auburn ha demostrado que los perros pueden recordar y responder a 72 olores durante una tarea de memoria de olores, siendo su única limitación la cantidad de formas en que un perro puede comunicar esas señales.

Destaca de manera especial el talento canino en esta materia: el sentido del olfato de un perro es al menos 1.000 veces más sensible que cualquier dispositivo mecánico o tecnología médica.

Esto podría explicar por qué los perros han detectado cáncer en muestras de tejido que han sido indicadas previamente como no-cancerosas.  

También se sabe que los hurones pueden detectar la infección por influenza aviar en muestras fecales antes y después de que los análisis de laboratorio muestren que el virus ha dejado de diseminarse. Esto sugiere que, para algunos agentes patógenos, puede haber cambios en individuos enfermos pero asintomáticos.

En la medida que los científicos aprendan más sobre cómo funciona el sentido del olfato de los mamíferos, tendrán más posibilidades de desarrollar dispositivos que sean tan sensibles para detectar enfermedades, imitando los talentos naturales de perros y también de hurones.

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