La combinación de apertura de fronteras, otoño, virus de la influenza, uso “flexible” de mascarillas más SARS-coV-2 van a determinar una tendencia que, los expertos, califican de clave. Es que parece que el coronavirus se estabiliza o aumenta. Se producen rebrotes o se instala una endemia.
Isabel Frías
Periodista U.C.
Christian García Calavaro es el actual jefe de Epidemiología del Ministerio de Salud y, en esa calidad, la ciudadanía lo ha podido conocer a través de la TV informando sobre el comportamiento de lo que queda de la pandemia: Al comparar los casos de esta semana con la semana anterior, los indicadores apuntan a que ésta se habría estabilizado, afirmó García.
Números más, números menos, este año 2022 los tarapaqueños atraviesan un conjunto de nuevos factores, todos muy particulares y “nuestros”. Aunque no hay eventos de lluvia como el Sur, ya ha bajado la temperatura máxima ambiental de manera patente y abril se presentó con mucha gente resfriada y una mayor cantidad de virus respiratorios circulando, influenza incluida.
En el caso de Tarapacá se añaden, además, otras variables como son contar con una población laboral importante que se desplaza entre diferentes regiones y una alta tasa de gente joven que no se aplicado ninguna de las dos dosis básicas.
Sin embargo, la guinda de la torta está por venir cuando este domingo se abran las fronteras terrestres y con ello aparezca un nuevo grupo de personas desplazándose entre Bolivia y Chile con su visa y documentación al día.
QUÉ DEBEMOS OBERVAR
Todo este escenario será monitoreado a partir de este domingo y en las subsiguientes semanas para observar si se mantiene la “estabilización de casos” de la que habla Christian García.
Aunque los médicos y analistas son enemigos de abrir polémicas que confundan a una población “con evidente cansancio pandémico”, algunos expertos acreditados sostienen que «es prematuro» ese diagnóstico del Minsal.
Por ejemplo, desde el Programa de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile llaman a poner atención en el aumento del “R efectivo” o velocidad de transmisión viral en todo el país: En febrero, con peak de variante Ómicron, ese indicador fue de 1.03 pero fue decayendo hasta situarse en 0.60 durante la semana del 28 de marzo, su punto más bajo. En cambio, en abril comenzó a subir, marcando un incremento lento pero sostenido y que en la semana del 25 de abril se empinó a un 0.99.
¿Qué observar entonces? Si el próximo mes se produce un R efectivo de 1.05 se podría comenzar a hablar de un rebote, lo que equivale a un retroceso y nuevos desafíos para la autoridad sanitaria que deberá tomar rápidas medidas de contención.
¿REBROTE O ENDEMIA?
Ahora, de producirse ese rebrote, claramente Tarapacá podría ser una de las regiones que estaría fácilmente en ese temido escenario, salvo que la población no vacunada haga la contribución y se acerque a los vacunatorios a inocularse.
Tema aparte es el uso voluntario de mascarillas, al menos en Iquique y Alto Hospicio, donde existen puntos urbanos de alta congestión peatonal sobradamente identificados, es necesario reforzar el uso de mascarilla en supermercados, ferias libres, transporte público, centros comerciales, servicios públicos y terminales de buses.
La duda técnica que deberá determinarse es si mayo provocará un rebrote o, tal vez, dejará instalada una endemia.
Que se materialice un repunte de casos de contagiados de covid sería una buena noticia dentro de lo malo, ya que puede es controlable. Otro problema sería una endemia, que obliga a vivir con una cantidad constante de casos semanales, del orden de los 15 mil a nivel país.
Al cierre, los expertos prefieren no hacer vaticinios, aunque coinciden en que las semanas venideras serán «de expectación» por lo que ocurra en dos sentidos: En nuestro territorio con el comportamiento local y con las variantes (y subvariantes) extranjeras que nos pueden llegar vía aire, mar y tierra.