La Organización Mundial de la Salud define al ruido como un sonido desagradable y molesto que es potencialmente nocivo para la audición y la salud física y mental. Se consideran ruidos molestos, todos aquellos ruidos que excedan los niveles permitidos por la ley, causando molestia y afectando la calidad de vida de las personas y otras especies y formas de vida.
Los efectos de los ruidos molestos causan irreparables consecuencias en la salud mental y física de los iquiqueños que pueden ir desde estrés hasta la disminución de la capacidad auditiva por exposición a fuentes sonoras.
Los niveles altos de emisión sonora pueden provocar trastornos en la salud mental como cefaleas (dolor de cabeza), inestabilidad emocional, irritabilidad, agresividad síntomas de ansiedad a quienes se ven expuestos durante el día o la noche a ruidos molestos que pueden ser producidos por motores vehículos y motocicletas, ruidos producidos por vehículos que escuchan música a descontrolados niveles sonoros ya sea de día o en altas horas de la noche en la vía pública, plazas o domicilios particulares y también gravísimos ruidos molestos producidos por manifestaciones populares como bailes religiosos, quienes ensayan durante los fines de semana afectando gravemente el descanso de miles de estudiantes, trabajadores y personas adultas mayores, todos estas situaciones afectan claramente la calidad de vida de nuestra agobiada ciudad.
Nuestra Constitución política de la República de Chile indica en su Artículo 19.- que se asegura a todas las personas, el derecho a vivir un medio ambiente libre de contaminación y es deber del Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza.
Si bien es cierto nuestro ordenamiento jurídico tiene como objetivo presente proteger la salud de la comunidad mediante el establecimiento de niveles máximos de emisión de ruido generados por las fuentes emisoras al establecer protecciones en pos de nuestra salud física y mental, nuestra ciudad se ha visto gravísimamente afectada por los ruidos molestos, que día a día deterioran la salud mental y la calidad de vida de los iquiqueños.
La Ordenanza Municipal de Iquique N°487 indica en su artículo N°1 que se encuentra prohibido causar, producir, estimular o provocar ruidos molestos cualquiera sea su origen, hora lugar que perturben la tranquilidad y el reposo de la población o causar cualquier perjuicio psíquico o moral. Lo cual claramente no es cumplido ni fiscalizado por las autoridades respectivas.
Debemos crear conciencia de la importancia sobre el respeto a la dignidad humana y al derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación, el respeto a las otras formas de vida que interactúan con nosotros como especies animales y vegetales, en pos de un Iquique más deferente con el prójimo, con los adultos mayores, con los niños, un Iquique amigable y respetuoso con el medio ambiente.
Alejandro Aguirre