Hugo Marín, presidente nacional Federación de Uniones Comunales de Chile:
La inseguridad ciudadana, los índices de criminalidad especialmente de homicidios, la
migración son temas que preocupan a las bases de la organización de Uniones Comunales
de Chile que está en permanente análisis de la situación que afecta al país.
Hugo Marín Rossel, presidente de la Federación de Uniones Comunales de Chile, con base
en la ciudad de Iquique informó a Diario El Longino, la mirada de ese organismo
representativo de la comunidad nacional.
¿Cuál es la mirada de esa federación nacional con respecto a los índices delictuales en
Iquique y en todo el país?
-Ese fue un tema tratado en el mes de diciembre a nivel nacional pero también a nivel
local. Hemos conversado bastante de esa materia que preocupa a la ciudadanía toda y la
verdad, creemos que llegó la hora de que la solución debe ser a problemas extremos,
medidas extremas.
¿Puede explicar el fondo del análisis que ustedes realizaron?
-Pensamos en la agenda sobre el tema y legislación vigente hay que reconocer que ya
quedamos atrás; una vez más la política llegará tarde para enfrentar la creciente incursión
de la delincuencia en todas sus formas especialmente en la criminalidad extrema que es el
homicidio. Es por eso que pensamos en medidas más extremas, acciones especiales donde
se pueda tratar con más eficacia este flagelo que afecta a toda la sociedad, porque hay un
temor general por la brutalidad del accionar delictual, que ya ha sobrepasado los límites.
Todo eso nos preocupa.
¿Pero usted reconoce los esfuerzos por dotar de más medios a los órganos policiales?
-Hoy en día se habla de pedir más efectivos policiales de Carabinero e Investigaciones y
dotarles de más vehículos y elementos tecnológicos, pero eso se viene haciendo desde
hace tiempo. Es por eso que llegó el momento de ponerle freno a la delincuencia
desatada.
¿Y qué piensan los integrantes de la organización nacional que usted dirige en cuanto a
soluciones?
-El día en la despedida del año de la Unión Comunal llegamos la conclusión que más de la
mitad de los que están presos en la Región de Tarapacá son personas extranjeras. Hemos
escuchado que desde hace años algunas autoridades hablan que los delincuentes no solo
son los extranjeros. La verdad es que esto se agravó con la llegada de grupos peligrosos y
no estamos hablando de la migración legal ni de aquellas personas que vienen a contribuir
con su trabajo al desarrollo de la región. Los individuos peligrosos son aquellos que
ingresan clandestinamente, furtivamente para vivir asaltando, robando, traficantes de
drogas, secuestradores que se dedican a la trata de personas. Esos son los que no
respetan nuestras leyes ni la cultura. Esos son agresivos y eso la ciudadanía puede
confirmarlo.
¿Entonces cuál es la propuesta para la solución?
-Pensamos que llegó el minuto de enfrentar esta situación de otra manera. Pero también
sabemos que hay un problema ideológico y es por eso que debemos sobrepasar la barrera
del descontrol y la paciencia. Esto no es un problema de derecha ni de izquierda, es un
problema de sobrevivencia. La delincuencia se desató con la llegada de inmigrantes
ilegales, sin lugar a dudas, como ejemplo la banda «Tren de Aragua».
¿Cómo visualizan ustedes el accionar delictuales de las pandillas y bandas criminales?
-Ejemplo, gran parte del casco antiguo está tomado por delincuentes extranjeros que no
temen enfrentar a los policías y dispararles. Eso envalentona a los delincuentes chilenos
que están aprendiendo de aquellas acciones. Eso también lo analizamos con los dirigentes
nacionales de las Uniones Comunales, porque este problema alcanzó ribetes nacionales.
¿Entonces puede precisar mejor en qué consisten las soluciones extremas que ustedes
proponen?
-Por ejemplo, todas nuestras uniones comunales están de acuerdo en que todos los
delincuentes extranjero que pasan por la justica deben ser expulsados inmediatamente.
Porque no es ninguna gracia tener que llenar las cárceles de condenados y que nuestro
país deba alimentarlos y brindarles seguridad y defensa. El sistema penal en Tarapacá
tiene el cincuenta por ciento de bandidos sobre poblando las cárceles, con gente bien
alimentada. Y todos sabemos que son verdaderos artistas operando desde el interior de
los recintos penales. O sea, no solamente se han tomado las calles de las ciudades sino
que además son «dueños» de las cárceles. Todo eso atenta contra la seguridad pública.