Leandro Navarro, campeón de la Copa con San Lorenzo en
2014, aceptó el desafío que le propuso Deportes Iquique, club
que sueña con volver a Primera.
Rodrigo Huerta
@ rodrigohuertam
www.chile.as.com
.
El pasado 22 de diciembre, Deportes Iquique anunció la llegada de Leandro
Navarro, volante argentino de 30 años que, en su palmarés, cuenta con la Copa
Libertadores ganada en San Lorenzo en 2014.

“Estoy muy feliz. He hablado con el cuerpo técnico y el director deportivo y la
verdad que todos me han hablado muy bien del club y la ciudad. La institución se
está preparando a fondo para este año ascender”, cuenta Navarro en el inicio
de la charla con AS Chile. El trasandino se incorporó los trabajos el 3 de enero.
- ¿Qué fue lo que más le llamó la atención de la propuesta?
- Lo que más me sedujo fue el objetivo, que es nada más que el ascenso. El
desafío es muy grande y cuando todos están alineados, se puede llegar a dar. - Se le nota muy ilusionado…
- Estoy muy entusiasmado de llegar al club, que también tiene una gran historia.
También me dijeron cómo vive la gente el fútbol. Es una ciudad que tiene un
sentido de pertenencia muy importante, eso te genera una motivación extra. - ¿Qué metas tiene para este nuevo desafío?
- A corto plazo, afianzarme en el equipo y lograr los objetivos que tendremos como
equipo. Y a largo plazo, afianzarme en la liga, el país, porque es una liga que me
gusta mucho. Quiero seguir creciendo como profesional y en Iquique puedo
hacerlo. - En 2022 jugó en Danubio de Uruguay y los hinchas de ese club lo
despidieron con mucho cariño. ¿Cómo analizaría esa etapa? - Fue un año muy bueno en lo personal y en lo grupal también, porque Danubio
este año volvió a Primera y estuvimos peleando los primeros puestos al punto de
clasificar a la Copa Sudamericana. Me tocó jugar la mayoría de los partidos, con
buenos rendimientos y eso hizo que pueda llegar a Iquique.
La inolvidable Copa Libertadores de 2014 y un apodo muy
curioso
- Hace ocho años, ganó la Copa Libertadores con San Lorenzo, siendo la
única vez que dicho club la obtuvo. ¿Qué significó para usted? - Deportivamente es lo máximo que he logrado y hacerlo en el club que me tocó
crecer, debutar y ser jugador profesional, fue espectacular. Para el club mismo
también fue lo máximo porque no la tenía siendo una institución muy grande. Esa
copa la ganamos con el ‘Patón’ (Edgardo) Bauza, que fue un técnico que me
transmitió una tranquilidad que no la sentí con muchos técnicos. Él fue clave,
porque a medida que avanzábamos nos hacía sentir tranquilos para afrontar la
situación. - Le dicen ‘La Bomba’. ¿Por qué? ¿Dónde aparece el apodo?
- En San Lorenzo. Cuando empecé a hacer goles de tiro libre, no recuerdo quién
fue el que me llamó así, pero quedó porque le pegaba fuerte a la pelota. - ¿Siempre tuvo buena pegada?
- Desde chico que le pegué fuerte. La fuerza es natural, después fui
perfeccionando el golpeo. Además que en juveniles se me hacía más fácil porque
la estatura de los arqueros es menor, entonces buscaba siempre que la pelota
fuera arriba. - Y en un plantel de experimentados como el que tenía San Lorenzo, ¿cómo
llegó a hacerse cargo de los tiros libres? ¿Por personalidad o por lo que
veían sus compañeros en los entrenamientos? - Siempre me siento muy confiado con mi pegada. Después, mis compañeros me
fueron dando ese lugar porque veían que estaba capacitado para hacerlo. Al
principio como que me daba vergüenza (ríe), pero ellos venían, me pasaban la
pelota y me decían: ‘patea vos’. Era una confianza muy grande.
Ampliar
La lesión que cambió todo
Leandro Navarro debutó en el fútbol profesional en San Lorenzo de
Almagro, donde sorprendió al fútbol argentino con su notable
pegada. Prueba de ello fue que en 2013 su primer gol en la élite fue ante Vélez
desde 40 metros de distancia. Dos semanas más tarde pateó un tiro libre al
ángulo contra Argentinos Juniors.
Con el título del Torneo Inicial 2013 bajo el mando de Juan Antonio Pizzi, la
carrera de Navarro parecía crecer a pasos agigantados. Incluso, en poco tiempo
comenzaron los rumores que lo vinculaban con el fútbol europeo, pero una
severa lesión de ligamentos truncó todo.

“Los futbolistas estamos expuestos a esto. Sin embargo, la contención de mi
familia fue clave para atravesar ese momento. Fue la única lesión que tuve en mi
carrera, pero salí fortalecido”, comenta.
- ¿Volvió con temor?
- Al principio me costó, no lo puedo negar. Hoy ya no tengo ese miedo.
- ¿Está conforme con su carrera hasta ahora?
- Si se dio así, es por algo. Acepto como fue, siento que hoy estoy en un gran
momento, que elegí estar en un gran club y todavía tengo una edad en la que
puedo seguir creciendo como jugador y persona. He tenido muchos aprendizajes
que los tomo para poder poner en la cancha toda la experiencia que tengo. Yo
sentía que mi carrera iba a ir para otro lado, pero las cosas se acomodaron para el
lugar en el que tenía que estar. Hoy estoy muy maduro, siendo un feliz padre de
familia, esperando otro hijo que va a nacer en Chile. Estoy feliz. - ¿Cuál era ese lado en el que creía que iba a ir su carrera?
- Antes de la lesión se rumoreaba que me querían equipos de Europa, pero todo
fue cambiando por la lesión. A pesar de eso, estoy feliz de lo que he logrado.