Esa visión tiene Luz Ebensperger, una de los dos senadores que representan a Tarapacá en la Cámara Alta y donde ella ejerce hoy como Vicepresidenta. La abogada se explaya acá –en esta entrevista exclusiva con El Longino– sobre las consecuencias de terminar hipotéticamente con esta institución republicana.
Isabel Frías
Periodista U.C.
Aunque se trata de la aprobación de 1 solo artículo –entre más de los centenares que parece tendrá el Borrador final que se plebiscitará durante septiembre– el anuncio que el Pleno de la Convención Constitucional aprobó dar por muerto al Senado generó una discusión interesante.
Porque, aunque las materias constitucionales son increíbles técnicas, para la gente común no pasó desapercibida esta noticia.
Tal vez, uno de los factores del fenómeno se relaciona con el hecho que la Cámara Alta es una institución con 200 años de trayectoria en Chile y que ha catapultado a muchos de sus integrantes al Palacio de La Moneda, además de haber acogido a un ilustre Premio Nobel de Literatura.

Bajo ese escenario, nuestro diario conversó con la Senadora por Tarapacá y Vicepresidenta del órgano legislador, Luz Ebensperger Orrego, teniendo como telón de fondo un mar de preguntas que se abrieron a partir del trabajo que están realizando los 154 convencionales en ejercicio hasta el 4 de julio próximo.
Senadora, sin ironía alguna, ¿qué se siente despertar hoy sabiendo que el Senado podría estar viviendo sus últimos días?
– Le diría, en primer lugar, que es complejo explicarle a la ciudadanía -en un lenguaje sencillo- la importancia de mantener el Senado y el sistema llamado Bicameral.
Muchas veces la gente piensa que esta defensa viene de querer apernarse en un cargo y eso no es así porque le puedo asegurar que el sentimiento es transversal a la amplia mayoría de los actuales Senadores, incluso los que no pueden reelegirse, porque todos entendemos que lo más relevante en esta materia es mantener ambas Cámaras, pero en especial el Senado.
¿Por qué razón hay que mantenerlo, concretamente?
– …Porque en el Senado radica la esencia de la democracia. Lo que rige un verdadero Estado de Derecho y al sistema democrático que tanto nos ha costado y que permite que sea cada vez más fuerte se debe, en primer lugar, a la separación que tenemos de los tres poderes del Estado bajo un sistema con pesos y contrapesos.
De hecho, la existencia de esto permite que el poder legislativo, ejecutivo y judicial puedan ser fiscalizados.
Por lo que se ha informado de manera preliminar, la Convención va a proponer una suerte de “Cámara de las Regiones” que podría cumplir parte de las funciones del actual Senado.
– Bueno, hay que advertir a los lectores que el Pleno de la Convención solo aprobó esta semana el título y no conocemos ninguna de las atribuciones tendría ese órgano de alcance regional.
Manejamos muy poca información todavía. Sin embargo, cuando los convencionales se han referido al tema, ellos han detallado que serían bastante pocas dichas atribuciones, además de insignificantes, sin repercusión.
Ahora, si se terminan con los “pesos y contrapesos”, el Poder Ejecutivo deja de tener fiscalización y aumenta su poder, lo cual es el primer paso hacia un régimen totalitarismo, el primer paso para potenciar dictaduras.
En otras palabras, es el fin de la democracia.
Algunos convencionales señalan que el Senado, como está diseñado hoy, no representa las necesidades regionales.
– Excelente pregunta, porque la ciudadanía debe saber que nuestro Senado de hoy es la representación real de nuestras regiones y le explico por qué.
Porque los diputados se eligen en proporción al número de habitantes que existen en las diferentes comunas que forman las circunscripciones y por ese motivo los que determinan las decisiones en Chile hoy son los diputados que representan a las regiones con más población dado que Santiago, Valparaíso o Biobío cuentan con más número de estos parlamentarios.

Un ejemplo es Maipú que escoge 8 diputados y en Tarapacá escogemos apenas 3 diputados en total.
Es por eso que se dice, con argumentos, que la verdadera representación regional en Chile está en el Senado porque allí no existe ese desequilibrio que tenemos en la Cámara Baja; allí se corrige la desproporción por número de habitantes. Y es por ese motivo que terminar el Senado para cambiarlo por una especie de Cámara Territorial, pero sin ninguna atribución, lo que se está haciendo es dejando a las Regiones sin voz a nivel nacional.
Eliminando el Senado no se descentraliza, sino que se centraliza el Poder Político. Es todo lo contrario.
Un tercer punto que debo indicar es que, al eliminar el Senado se hace un lado 200 años de Historia de vida republicana con un valor adicional: Ninguno de los grandes problemas que en el pasado ha enfrentado Chile ha sido provocado por el Senado, sino que es el espacio que siempre ha potenciado llegar a los acuerdos que permitan solucionar esos dilemas, las grandes controversias y conflictos generados por otras instituciones.
Senadora, ¿si existe ese consenso del aporte del trabajo de la Cámara Alta, ¿qué hay entonces detrás de terminar con él?
– Precisamente lo que le decía, como es concentrar el Poder, terminar con la cámara que equilibra y potencia los grandes acuerdos. Esto no significa que el senado no esté abierto a los cambios, pero para hacer esas transformaciones no es necesario barrer con toda la institucionalidad del país.