Llamada con el inusual nombre de “Tren de Aragua”, esa asociación ilícita es requerida desde diversas regiones del país, pero como al parecer se “instaló” en Tarapacá, ahora la Fiscalía Nacional designó al Fiscal Raúl Arancibia como líder de todas las acciones en su contra.
Isabel Frías
Periodista U.C.
Presentar y hablar del “Tren de Aragua” parece un dolor de cabeza de entrada y, en verdad, lo es en variados planos.
Su nombre alude a una localidad de Venezuela y se ha hecho lamentablemente conocida en varios países como Colombia, Perú, Ecuador, el Noreste de Argentina y Bolivia: Chile era un muro infranqueable hasta que –la diáspora venezolana y la pandemia– aportaron lo suyo y nuestro país pasó a integrar la triste lista de escenario de fechorías múltiples
Antes instalarse el régimen de Nicolás Maduro, la banda criminal era un asunto más bien acotado a las cárceles y barriadas marginales, pero en los años posteriores “su gente” comenzó a aventurarse fuera de sus fronteras escogiendo al vecino más cercano para actual.
A Colombia, pronto se sumaron como víctimas Brasil, Perú, Ecuador, el noreste de Argentina y, tal vez el más afectado de los Estados sea Bolivia.
En todos estos casos, el Tren de Aragua ha hecho “toma y control” de espacios trasnacionales como son los territorios fronterizos de Sudamérica que –por definición– sufren de todos los males que impone la precariedad rural y carecen de los controles que se ejercen con más eficiencia en la ciudad.
Dos detalles no menores: Allí donde hay concentración de dinero circulante es siempre una posibilidad cierta de captura para su acción. Y, además, uno de los sellos de la organización es el uso de variadas formas de intimidación como la tortura y las morbosas formas de crueldad tales como la mutilación de partes del cuerpo y el asesinato de delatores o enemigos.
OTROS NUEVOS DELITOS
Un alto policía colombiano involucrado en una investigación (secreta) que involucró a varias bandas del Clan del Golfo explicó, en su momento, esta sigilosa estrategia: “El Tren de Aragua comenzó a avanzar lentamente, primero con el cobro por el paso de algunas trochas de la línea férrea que atraviesa Colombia y Venezuela. Luego se fue moviendo hacia el control de la comercialización de drogas y por último se quedó con el cobro de ‘vacunas’ (sesudo peaje) a comerciantes y transportadores”.
Las autoridades colombianas creen que ese imperio del terror se consolidó con la llegada de José Luis Caramera Franco a la cabeza de la banda, quien le imprimió un sello ahora reconocible como son la diversificación, el sadismo y la crueldad extrema.

Además, Zarramera (30 años, apodado Iyabó, oriundo de la localidad de Aragua) fue ejecutado a los pocos meses, pero marcó un hito y dejó una huella: Logró ampliar el abanico de sus delitos, viendo nuevas oportunidades de ganancia de “dinero negro” en situaciones sociales y humanas de mucho dolor como son los desplazamientos de migrantes, en la prostitución, en el sicariato (asesinato por encargo) y hasta en la esclavitud de mujeres y adolescentes.
Esta suerte de “apertura de nuevos mercados delictuales” se quedaron en la organización desde el 2019, año en que Zarramera fue ejecutado por la misma organización. El autor intelectual de esta expansión es sindicado a Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias Niño Guerrero, quien hoy está preso y desde la cárcel de Tocorón coordina todas las acciones la organización a nivel internacional, vía celular, extorsión y captura de funcionarios policiales mediante corrupción grosera.
TARAPACÁ LIDERA
Todo lo anterior se ha visto en territorio chileno, precisamente, más o menos desde fines del 2019 hasta la fecha: El cierre de fronteras y el éxodo de migrantes venezolanos trajeron esta “importación no tradicional”.
La PDI Tarapacá, pero también la de Arica y la de Antofagasta han capturado en diversas ocasiones a otros tantos miembros de la Banda venezolana sin mucho efecto, la verdad sea dicha: Los recursos policiales y del ministerio público no parecen multiplicarse al mismo ritmo que las tácticas criminales, siempre a la delantera gracias a que opera fuera del margen de la Ley y con un sistema judicial comparativamente más “garantista” que el resto de los países.
También se han hecho detenciones importantes en las regiones del Maule, en el Biobío, en Valparaíso y la Metropolitana, aunque esta semana se conoció de la determinación del Fiscal Nacional de designar al Fiscal Regional de Tarapacá, Raúl Arancibia Cerda, como el encargado de coordinar todas las investigaciones para acabar de raíz con esta lacra, un tarea nada de fácil porque la entidad ilegal se ha mostrado muy creativa al organizarse por células criminales en cada lugar que colonizan fuera de Venezuela: Siempre comandados desde la cárcel, aquellos delincuentes que son capturados luego son reemplazados por otros y el negocio ilegal se mantiene.
Sobre las acciones que se realizará tras el nombramiento, desde la Fiscalía de Tarapacá optaron por restarse de pronunciarse y con argumentos muy reveladores: “Primero, por un tema de seguridad. Y, en segundo término, no nos estamos refiriéndonos al Tren de Aragua en específico porque hay diligencias pendientes o en curso”.
Se trata de un Tren con mucha carga y métodos implacables.