¿La formación militar ayuda a disciplina de las policías? Pregunta clave para abordar una norma que ha generado un debate importante en estos días, cuando la discusión sobre distintos aspectos de la seguridad pública vive uno de sus peores momentos. «Chile enfrenta el peor momento para la seguridad que ha vivido el país desde el retorno a la democracia”, sostuvo en abril el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara.
Esta semana, la convención aprobó el artículo 19 (con 109 votos a favor, 33 en contra y 14 abstenciones), el cual establece que «las Policías dependen del ministerio a cargo de la seguridad pública y son instituciones policiales, no militares, de carácter centralizado, con competencia en todo el territorio de Chile, y están destinadas para garantizar la seguridad pública, dar eficacia al derecho y resguardar los derechos fundamentales, en el marco de sus competencias«.
Se ha generado un amplio debate sobre la desmilitarización de Carabineros y la Policía de Investigaciones (PDI), donde el sector más extremo de la Convención plantea cambios estructurales para el actuar de ambas instituciones, a través de una reforma que afectará principalmente a Carabineros, institución con formación militar con mayor presencia en las calles de nuestro país.
Estaremos frente a un debilitamiento inminente de la institución, al transformarse en una de carácter civil, comprometiendo un conjunto de medidas, al quitarle su jerarquía (gestión y estructura militar), ya que Carabineros por ley es una policía profesional y militar.
Aquel grupo de la Convención, que celebra este tipo de “avances”, le reitero mi enorme preocupación, al igual de convencionales del colectivo que integro, y de un amplio sector de la ciudadanía que quiere vivir en un mejor país, más tranquilo y con mayores oportunidades; donde volvamos a convivir en paz en las plazas, calles, barrios y comunas, todos espacios base para el desarrollo de miles de familias.
No cabe duda de que resulta vital mejorar el trabajo de muchas instituciones, hacer cambios estructurales cuando sea necesario, pero, en este caso, los cambios deben ir en otra dirección: modernizando, mejorando y haciendo más efectivo el trabajo de las instituciones en su funcionamiento y en el territorio.
Se requiere recuperar confianzas, un mayor acercamiento la ciudadanía, comprometer acciones y decisiones profundas; una política de seguridad integral donde se aprovechen con mayor eficiencia los recursos, experiencias, formación y preparación; donde confluyan concesos y distintas miradas que determinen sumar y no restar.
Álvaro Jofré Cáceres
Convención Constituyente
Distrito 2 – Tarapacá