Con un recorrido marítimo por la bahía, una procesión y posterior misa en el muelle de la
empresa, los trabajadores de Corpesca celebraron a su patrono San Pedro.
La conmemoración se realizó en las instalaciones de la pesquera y contó con la presencia de sus
trabajadores y familiares, además del padre Javier Saez, vicario pastoral de la Diócesis de Iquique,
quien presidió en honor al santo patrono de los pescadores.
Jaime Bravo, patrón de pesca y dirigente del sindicato interempresa de patrones, recordó que esta
celebración se realiza hace más de 20 años “y nació a petición de los capitanes de los barcos,
quienes querían tener la presencia del santo en el muelle para que los acompañara en cada zarpe.

Inicialmente era solo una celebración entre los capitanes de los barcos, pero actualmente es de
todo Corpesca y siempre invitamos a la familia a que nos acompañen en esta celebración”, explicó
el dirigente, quien recordó que este año la celebración de San Pedro tiene una connotación
especial, “porque las circunstancias actuales de ausencia de pesca producto de la corriente de El
Niño, no impide que nos acordemos de celebrar a nuestro santo, con un recorrido marítimo,
procesión y misa en la que recordamos a los que ya se han ido y también a los que seguimos
trabajando en el mar y participando en esta ceremonia tradicional para nosotros, donde
agradecemos a este santo que nos ha dado mucho y está siempre acompañado de la Virgen del
Carmen y San Lorenzo en nuestro altar del muelle”, recordó.
En la misa, que fue el punto culmine de la celebración, el padre Javier Saez manifestó su alegría
“por la posibilidad de reunión que da Corpesca a tantos trabajadores que creen y confían en el
Señor, por eso el agradecimiento a la empresa que da estos espacios de fraternidad para poder
compartir la fe junto a sus colaboradores”, expresó el vicario de la pastoral de la Diocesis de
Iquique.

Carlos Merino gerente de Corpesca base Iquique recordó que esta celebración constituye una
tradición para la empresa “el detenerse una vez al año para agradecer al todopoderoso los dones
que nos ha entregado, con la esperanza que nos pueda ir mejor. Porque lo que hoy nos pasa en
relación al decaimiento de la pesca, producto de la naturaleza, es parte de la historia que nos
enseña que siempre hay una fuerza más poderosa, que nos enseña que no podemos perder la fe
en que nos irá mejor”, concluyó.