En todos los países del mundo las personas visualizan las festividades del nuevo año
como una oportunidad para concretar nuevos proyectos y dejar atrás malos hábitos.
Isabel Frías
Periodista U.C.
Por alguna extraña razón las fiestas de principios de año son un hito que las personas
toman para sus propias vidas personales y, se repiten los objetivos de manera más o menos
parecida: Bajar de peso, comenzar a hacer ejercicio o actividad física, pasar más tiempo con la
familia, comer más sano, dejar de fumar son algunos de los más repetidos.
La neurociencia se ha involucrado también en la tarea y tiene cinco grandes consejos para poder
conseguir llevar la intención a la siguiente fase y lograr el éxito.
POR QUÉ FRACASAMOS
Es normal comenzar el año con la intención de cumplir nuestras metas, pero lo habitual es que esa
idea se vaya desinflando según avanzan las semanas.
El principal motivo es que nos ponemos propósitos exagerados, radicales o desproporcionados,
pretendiendo abarcarlo todo de manera automática.
De acuerdo a la ciencia, es muy poco probable que, si en 2022 no hemos hecho ningún deporte o
dejado de fumar, vayamos a conseguirlo en 2023. Hay que tener unas expectativas ajustadas a la
realidad para no caer en la sensación de fracaso. Lo más importante son los objetivos realistas: “si
normalmente me fumo 10 cigarros, lo más factible no es quitarlo de golpe sino empezar
reduciendo a 8, luego 6….y así progresivamente.
De acuerdo a un estudio de la Universidad de Scranton en Pensilvania (EE.UU.) en la que
participaron 200 personas durante dos años, se demostró que solo un 19% de los participantes
logaron cumplir sus propósitos (exagerados) de Año Nuevo.
ESPERA DE 2 MESES
Como contrapartida, según ha logrado determinar la neurociencia, “el cerebro no olvida, sino que
sustituye” y lo hace tras la repetición persistente de un nuevo hábito por al menos 66 días
seguidos, receta que tiene la llave para concretar los nuevos propósitos o propósitos más
complejos.
Esa sería la función que cumplen las rutinas a nivel neuronal ya que la mente internaliza un nuevo
comportamiento recién pasados los dos meses de constancia.
Sin embargo, existen otras investigaciones que se han abocado a reducir estos dos meses de
espera y anuncian que se podría reducir ese largo tiempo mediante la aplicación cuatro pasos
concretos gracias al método Maltz, el que explicamos a continuación:
- Construir un cuadro mental creativo para visualizar ese nuevo estado deseado. El médico
sugiere que hay que experimentarlo lúdicamente, jugar, combinar y experimentar nuevas
estructuras que creen otras formas de reacciones automáticas, no las que la persona usa
habitualmente.
Esto llevará a “deconstruir sesgos mentales automáticos”, y a abrir posibilidades de incorporar lo
nuevo que anhela.
«El mejor medio para interrumpir hábitos que ya no quieres, es forjarte una imagen mental del
deseo y del resultado al que aspiras, y practicar para alcanzar esa meta», indica el doctor Knight
Dunlap, experto en erradicación de hábitos y mencionado en el libro de Maltz.
- Tener total claridad del objetivo. Además de decirlo en palabras, hay que imaginarlo como si ya
fuese real, y sentirlo tan vívidamente que el deseo de lograrlo resulte imparable. - Abandonar las sugestiones negativas. El entorno y los propios pensamientos crean sugestiones
contraproducentes para cambiar los hábitos, que conllevan nuevas conductas en línea con sus
objetivos a alcanzar.
Pensar en resultados agradables, en el estímulo de haberlo logrado y en la satisfacción de
incorporarlo sostenidamente en la vida, hará que se puedan ir dejando de lado la dominación de
las circunstancias opuestas, explica la publicación. - Llevarlo a la práctica. Si cualquier persona desea incorporar un hábito, necesitará superar
cualquier condicionamiento que la limite. Por ejemplo, hacer que su autoimagen sea totalmente
concordante con lo que desea lograr, al menos al principio en el terreno de la imaginación se trata
de verse a sí mismo corriendo o no fumando, aprovechando de quitar ceniceros o poner a mano
ropa deportiva si se trata de favorecer las rutinas deportivas diarias
«La imagen que las personas tienen de sí mismas y los hábitos que han creado, guardan estrecha
relación entre sí. Al cambiar la imagen, seguramente cambiarán los hábitos», sostiene Meltz.
Este punto consiste en trabajar en el nivel subconsciente de la mente, que es el espacio donde se
le da significado a las emociones y a los sentimientos: Cualquier experiencia se genera en este
espacio y nivel.
.