El concejal pozoalmontino, Marcelo Hurtado Nacarino, se mostró impresionado ayer por la cantidad de gente que circula por el Santuario de La Tirana.

En un recorrido por distintos lugares del pueblo junto a otros concejales en misión de fiscalización, conversó con Diario El Longino, sobre diversos temas relacionados con el aniversario de la Fiesta de La Tirana, en período de pandemia.
Concejal, hay una ordenanza que ha generado una serie de opiniones respecto del cobro de tres mil pesos para ingresar al pueblo. ¿Podría explicar de qué se trata?
-Mire, se paga para entrar pero al casco antiguo del pueblo del pueblo. La Tirana no está cerrada, está abierta porque no hay una ley de cuarentena y por lo mismo no hay cordón sanitario. Lo que se ha hecho es cercar el casco antiguo. En primer lugar no hay fiesta, pero ha llegado mucha gente y como sucede todos los años, se ha cercado el casco antiguo y por ordenanza municipal se cobra tres mil pesos al vehículoque ingresa. Esta medida se ha tomado porque hay muchos adultos mayores que están transitando por las calles y para evitar accidentes de tránsito. Es por eso que la Municipalidad de Pozo Almonte adoptó esa resolución de cercar el acceso al casco antiguo. En este momento le cuento que hay tanta gente, como si hubiera fiesta, hay bailes religiosos y mucha gente circulando.
¿Cómo surge la idea de cercar el acceso al pueblo?, pues hay mucha gente que critica esta medida.
-Quiero recordarle que fueron los vecinos de La Tirana quienes llamaron a una reunión y solicitaron el cierre del casco antiguo. Esta es una modalidad de todos los años. Estas escenas que estoy presenciando corresponden a una fiesta espontánea de peregrinos y visitantes.
¿Quién paga los costos de atender a las comunidades que vienen a danzar a pagar mandas y cuando llega mucho público?
-No hay que olvidar que somos un municipio rural que debe cumplir con la entrega de agua potable, atención de la Posta de Emergencia de Salud Municipal, extracción de basuras, instalación de barreras. Eso que le describo representa una inversión de 300 millones de pesos de la Municipalidad para enfrentar esta contingencia. Ya hay miles de personas en el pueblo donde en el año no son más de seiscientas. Estamos en el desierto donde el agua potable es sumamente escaso. La Municipalidad hizo una licitación de arriendo de camiones aljibes para abastecer de agua a los peregrinos que están llegando. También se han instalado baños químicos, atención de servicios higiénicos y la extracción de basura. Pese que se determinó que no habría fiesta, por causa de la pandemia, pero la gente igualmente, hay llegó. Muchos bailes religiosos y mucha, mucha gente y es el municipio el que ha tenido que asumir el costo.