Pese a las difíciles condiciones de trabajo para subsistir del reciclaje y pese a que su labor no es reconocida como corresponde por ser cuidadores del medioambiente, los Recicladores de Tarapacá no dejan de perseverar y están en constante capacitación para alcanzar la certificación.
De todo esto le consultamos a Denisse Morán que lidera un grupo importante de hombres y mujeres que trabajan en este sector, cómo observan el presente y el futuro, en rubro.
¿Qué falta?
-Falta atención de las autoridades por los que hacemos segregación, pretratamiento y envío a la industria. El reciclaje hoy es una necesidad imperante según los niveles de CO2 que tenemos como planeta y donde cada país firma acuerdos internacionales para reducir la contaminación y desacelerar el calentamiento global”.
¿Por qué cree usted que falta atención de las autoridades en esta materia del reciclaje?
-Porque es el Estado el que debe dotar a los recicladores de lo que necesitemos para llevar adelante esta tarea, que es un tremendo trabajo y que el reciclaje no paga el verdadero valor. No hay una bolsa de valores de los residuos, no están regulados, la industria pone los precios que no se comparan con el valor ambiental real que debemos tener y mucho menos con el trabajo que hay para que los residuos lleguen a las plantas de transformación. Plantar un árbol, regarlo durante 25 o 30 años es altamente valioso en agua y energía, o la misma extracción, sin embargo, la celulosa tipo cartón fluctúa en los 20 pesos por ejemplo. Hay que medir la cantidad de agua y energía que se ahorra cuando hacemos recuperación, pero no se hace al momento de recibir el pago por el residuo. En ese sentido, los recicladores son muy mal pagados y aun discriminados.
¿Entonces, qué se necesita en nuestra región para avanzar en esta temática?
-En Tarapacá necesitamos por cada comuna verdaderas intenciones de recuperar los productos prioritarios; no solo desperdiciamos materia prima y con ello agua y energía si no también numerosos puestos de trabajo. A esto sumamos ser una región extrema y la Aduana cobra por sacar residuos pese a tener que enviarlos a dos mil kilómetros para su proceso industrial, esto se da al comercializarlos. Pero ocurre que los productos pasan como mercancía pero la mercancía es cartón que pagan 20 por kilo y el tetra pack, representa cero peso.
¿Entonces por que lo recolectan ustedes acaso es por conciencia?
-Nos volvimos ambientalistas pues queremos un planeta para nosotros y los que vienen. Pero también queremos que a todos los que hacemos esto, nos pague el Estado por la limpieza que hacemos. Y es porque reciclamos metales, textiles, envases, embalajes y electrónicos, electrodomésticos, enseres en general; o sea, estamos haciendo la pega que deberían hacer las empresas e industrias que generan estos desechos.
¿Pero en todos estos años ustedes habrán tenido reuniones con las autoridades, les han expuesto sus preocupaciones?
-Estamos en conversaciones con la gobernación. Necesitamos un mega proyecto, un clúster y aspiramos a reunir a quienes realizamos esta labor en un barrio industrial de transferencia de residuos para la economía circular en Tarapacá. No olvidemos que somos puerto y además zona franca sin embargo nada tiene nuestro sello a pesar de ser la capital de la economía circular.

¿Y que logística requiere esta labor de reciclaje, espacios, herramientas y vehículos, qué necesitan?
-La dotación debe ser con las herramientas adecuadas a los tiempos que estamos viviendo, vehículos eléctricos para la recolección, que no emitan gases de efecto invernadero, esto hará que los recicladores nos traslademos y movamos a las familias, empresas que requieran retiros y no ellas a los escasos puntos de reciclaje en la zona. Tener menos vehículos transitando, disminuye la huella de carbono y se transforma localmente mucho más. Se necesitan enfardadoras y todo lo necesario para llevar adelante este trabajo que es de todos, los que no estén enfardando están segregando.
¿Y la ciudadanía cómo debe colaborar para llevar adelante esta misión?
-El vecino hace lo que puede, aporta con su segregación en origen separando los elementos como botellas de plástico, vidrio y otros. Lo hacen por conciencia porque además los van a dejar traslada a un punto limpio. Estamos al debe como región.
¿Cuál es la urgencia, al día de hoy?. Vamos al punto.
-La urgencia de hoy son los centros de acopio que debieran estar en las comunas de Pozo Almonte, Alto Hospicio e Iquique, manejados por quienes sabemos nuestro trabajo, los recicladores al igual que los puntos verdes que se instalen. Necesitamos que las municipalidades nos aseguren parte del sueldo y con eso se regule el ingreso de los recicladores tal como el ejemplo de Bogotá, donde la cooperativa paga por lo recolectado pero eso no alcanza con la venta de materiales para un sueldo digno.
¿Por qué dice usted que debe ser una remuneración digna?
-Porque somos nosotros los que metemos las manos a basura para segregar, pretratar, almacenar, cargar y posteriormente enviar a la industria porque recordemos lo que dicen las metas de recolección de la Ley REP la 20.920, la industria no podrá extraer mas que un 25% el otro 75 % será entregado a través de la recuperación de los residuos de los recicladores, entonces quienes deben aportar por este trabajo que no es tomar la bolsa y tirarla al camión recolector que la lleva a confinar a vertedero o al relleno sanitario sino por el contrario, ese justamente es el inicio del reciclaje de la transformación de la economía circular para dejar definitivamente la economía lineal. Eso que no están enterrando lo que recuperamos nosotros. Entonces, son las municipalidades las que deben cuadrarse con sus recicladores.