“Nuestro país reforzó la Ley Chao Colillas -la que prohíbe fumar en playas, ríos y lagos, y botar colillas en espacios públicos- con un decreto que obliga a disponer contenedores y basureros para este fin”.
Dra. Guacolda Benavides
Broncopulmonar del Centro de Enfermedades Respiratorias y Alergias
Clínica Universidad de los Andes
Mucho hemos escuchado sobre el daño que produce el tabaco. Enfermedades pulmonares, cáncer
de pulmón, enfermedades cardiovasculares, entre tantas otras. Este hábito tan dañino es la
primera causa de muerte evitable en el mundo y no sólo genera efectos en la salud, sino que
también tiene un impacto importante en el medioambiente, ya que es el segundo residuo más
grande a nivel mundial.
Según un artículo de la Universidad de Navarra, las colillas contienen miles de sustancias tóxicas
que quedan en su filtro: nicotina, mercurio, plomo, arsénico, e incluso ácido cianhídrico, utilizado
en las cámaras de gas durante el Holocausto. Estas, producen un daño irreparable a nuestro
hábitat, ya que tardan 12 años en degradarse y pueden contaminar hasta 500 litros de agua.
Dehecho, dos tercios de las colillas que se botan al suelo terminan en el mar.
Exponer esta situación no es sólo para enfatizar que el consumo de tabaco es un hábito que hace
daño no sólo a la persona que fuma, sino que a millones de personas en el mundo y a nuestro
medioambiente.
Una buena noticia es que, en febrero de este año, en nuestro país, se reforzó la Ley Chao Colillas,
que prohíbe fumar en playas, ríos y lagos, y botar colillas en espacios públicos, con un decreto que
obliga a disponer contenedores y basureros para este fin.
El llamado es a tomar conciencia y a evitar esta práctica, que produce daños irreversibles en la
salud y calidad de vida de las personas, pero también a nuestro planeta.