Utilizando la tecnología LENA, la Fundación Familias Power y Soki se han propuesto medir el entorno lingüístico del hogar de cientos de niños vulnerables en todo el país, con la intención de involucrar a las familias y ayudarlas a aprender a aumentar la conversación con sus hijos durante los primeros años de vida.
Isabel Frías
Periodista U.C.
Un grupo de científicas chilenas ha dado el vamos a una investigación inédita en el país y en América latina y que tiene como protagonista emblemática a la comuna de Alto Hospicio.
Se trata una ambiciosa iniciativa que usa una tecnología que mide eficazmente el impacto que tienen los programas de estimulación temprana pertenecientes a la Fundación Familias Power, especializada en la llamada educación de “primera infancia”.
El sistema es un software o programa, el cual ha sido denominado como LENA (sigla de “Language Environment Analysis”) y apunta a monitorear y analizar las habilidades lingüísticas de 140 de niños y niñas de hasta cuatro años de edad en situación vulnerable en todo el país: los niños que participan de la experiencia piloto residen en, como se dijo Alto Hospicio, y también María Pinto, Curacaví, Cholchol, Río Negro y Frutillar.
DE QUÉ SE TRATA
El software LENA determina hasta qué punto el fomento de una conversación más interactiva (activa, en definitiva) puede ayudar a las familias a mejorar las habilidades lingüísticas tempranas de sus hijos y, esto último, repercute en su mejor preparación para insertarse en la enseñanza básica.
Estudios han demostrado que la conversación interactiva –es decir, un diálogo o conversación de ida y vuelta– es un factor clave para el desarrollo saludable del cerebro durante los primeros años de vida: Y aunque parezca una obviedad prestar atención a niñas y niños pequeños, este fenómeno no es evidente ni fácil en las familias más vulnerables, de más bajos recursos sociales y culturales.
El fenómeno de falta de interacción que afectas a esas familias es que no saben cuánto hablan con sus hijos, algo que ahora podrá ser medido gracias a esta iniciativa que, además de la Fundación Familias Power, será implementado en colaboración con Soki, una plataforma de desarrollo de iniciativas que promueven el juego, la conexión emocional y el aprendizaje significativo entre niños y niñas y sus adultos más significativos.
Según se explicó, los niños y niñas de Alto Hospicio deben usar un dispositivo, más pequeño que teléfono móvil, en una bolsa dentro de una bata durante dos días: la primera vez al inicio del programa y, nuevamente, en la jornada de término, que será en diciembre.
Así –sobre la base de estos datos que serán capturados – se podrá hacer un ejercicio de comparación del impacto de las sesiones de la Fundación Familias Power tanto en los niños como en todo el grupo de referencia.
La directora ejecutiva de la entidad, Anne Traub explica a El Longino los alcances de la importante investigación: “Cada vez son más los estudios que demuestran que los turnos de conversación entre un adulto y un niño son fundamentales para que los niños desarrollen las habilidades lingüísticas propias de su edad y, al observar el entorno de audio, podremos darle la oportunidad a los niños vulnerables de nuestro país de que tengan un mejor futuro y desarrollen al máximo su potencial mediante entornos que afecten positivamente las vocalizaciones y los giros conversacionales”, indicó.
