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Banco Central de Chile publica Informe de Estabilidad Financiera del primer semestre de 2022

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  • El Banco Central de Chile publicó hoy el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del primer semestre de 2022. Este documento entrega la visión del Consejo del Instituto Emisor respecto de los principales riesgos, vulnerabilidades y mitigadores para la estabilidad financiera en el país.

Este IEF indica que, desde la publicación del informe anterior, las condiciones financieras y las perspectivas de crecimiento global se han deteriorado de forma importante. La prolongación de la invasión de Rusia a Ucrania y las cuarentenas masivas en China han acentuado las presiones inflacionarias a nivel mundial, lo que ha llevado a los distintos bancos centrales a acelerar su proceso de normalización monetaria. La incertidumbre asociada a los eventos recientes se ha traducido en aumentos de la volatilidad financiera y en una mayor probabilidad de correcciones abruptas de los mercados financieros globales. Todo esto ha reducido las perspectivas de crecimiento mundial.

En Chile, los desequilibrios macroeconómicos acumulados durante el 2021, la incertidumbre política y la menor profundidad del mercado de capitales, especialmente en el largo plazo, no solo han limitado la capacidad de financiamiento de proyectos de mayor plazo —incluida la compra de viviendas— sino que también han reducido las posibilidades de la economía para absorber shocks externos.

Según el documento, el significativo impulso a la demanda interna en 2021 generó importantes desequilibrios macroeconómicos que están siendo enfrentados con una combinación de política macroeconómica más restrictiva. El mayor gasto a nivel local —producto de las masivas medidas de apoyo a los ingresos— incrementó las presiones inflacionarias, que se han agudizado en lo más reciente por los sostenidos problemas de suministro global y la depreciación del peso.

Uno de los desafíos que se plantean es el de profundizar el mercado de capitales, particularmente vía ahorros estables de largo plazo. Ello permitiría revertir el deterioro de las condiciones de financiamiento de mediano y largo plazo, sensibles para las condiciones del crédito de la vivienda, infraestructura pública y otros proyectos de largo plazo, incluido el financiamiento del gobierno junto con fortalecer la capacidad de la economía para enfrentar shocks externos.

Situación financiera en hogares y empresas

Según el IEF, la situación financiera de las firmas se mantiene estable a nivel agregado, impulsada por el aumento de las ventas y por las políticas de apoyo al crédito del año previo, aunque se observa cierta heterogeneidad en algunos sectores. Al cierre del año pasado, se produjo una recuperación de la rentabilidad de las empresas de mayor tamaño, junto con una disminución de su apalancamiento y un aumento de su liquidez. No obstante, desde mediados de 2021 se observan condiciones financieras más restrictivas en el mercado local de bonos corporativos, con mayores tasas de interés para las firmas de menor rating crediticio. Las empresas que dependen del financiamiento bancario también mejoraron sus ventas durante 2021, a la vez que moderaron su endeudamiento. Esto último continuó durante 2022, en un entorno de debilitamiento de la demanda por crédito comercial bancario y en que los estándares de otorgamiento se han vuelto cada vez más exigentes. La morosidad de la cartera de créditos comerciales bancarios permanece baja y estable, aunque se ha acelerado el impago entre empresas que reprogramaron deudas durante la pandemia.

En el sector inmobiliario residencial se han reducido las ventas e incrementado la participación de proyectos sin ejecución, lo que no ha afectado por el momento la capacidad de pago de las empresas de este sector. Los precios de las viviendas continuaron aumentando, aunque su ritmo ha disminuido a partir de fines de 2021. El sector no residencial continúa ajustándose a los cambios estructurales — acelerados por la pandemia— en las preferencias por distintos tipos de propiedades.

El informe destaca que los hogares enfrentan restricciones de acceso al crédito y desafíos frente a un entorno macroeconómico más deteriorado. El aumento del empleo en 2021 se ha ido ralentizando desde fines del año pasado, en un contexto de una demanda menos dinámica y una oferta que sigue acotada. El endeudamiento de los hogares se moderó en los últimos trimestres, en línea con una menor demanda crediticia y mayores restricciones de acceso a créditos de largo plazo.

Las colocaciones hipotecarias experimentaron una desaceleración relevante, pasando de cifras de flujo mensual en torno a 30 millones de UF al tercer trimestre de 2021 a cerca de 16 millones de UF en marzo de este año. Destaca también un incremento de la proporción de créditos hipotecarios otorgados a tasa variable o mixta. En 2022, su participación en los flujos de crédito supera 50% del total, comparado con cifras inferiores a 20% en años previos.

Las tasas de morosidad permanecen en mínimos históricos, aunque, en lo más reciente, la cartera de consumo presenta algún aumento del impago. Todo esto ocurre en medio de indicadores de confianza que señalan mayores preocupaciones de las personas ante un entorno económico más desafiante.

La banca presenta riesgos acotados y niveles de solvencia y liquidez adecuados. Esto, fruto de un comportamiento prudente y de las medidas extraordinarias implementadas por las autoridades financieras durante la pandemia. El crédito se ha debilitado ante una menor demanda y estándares de otorgamiento que se han vuelto más exigentes. La morosidad de las carteras se mantiene en niveles bajos desde una perspectiva histórica. No obstante, los bancos han realizado fuertes aumentos de provisiones adicionales en los segmentos de consumo y comercial, ante la expectativa de que los riesgos regresen a sus niveles pre‐pandemia.

La solvencia bancaria se ha incrementado, por una reducción de la exposición a sectores más riesgosos y aumentos de capital. Así, las pruebas de estrés muestran que los indicadores de solvencia permanecerían sobre el requerimiento regulatorio, incluso frente a la materialización de escenarios de tensión severos. En los próximos años, el sector bancario continuará reforzando su base de capital, de acuerdo con el avance de la implementación de Basilea III.

Riesgos, vulnerabilidades y mitigadores

El IEF del primer semestre indica que las principales amenazas externas para la estabilidad financiera local provienen de deterioros abruptos de la liquidez global, de alzas en las tasas de largo plazo o de mayores premios por riesgo para economías emergentes. Así, eventos como una reacción de política monetaria de la Fed más rápida que lo previsto; un escalamiento de las tensiones derivadas de la invasión rusa en Ucrania, y deterioros adicionales en el sector financiero chino o en sus perspectivas de crecimiento, agudizarían el escenario. Condiciones financieras menos favorables, en conjunto con un mayor apalancamiento soberano, afectarían de manera especialmente negativa a países emergentes.

En lo interno, el IEF destaca que la reducción de los estímulos macroeconómicos es fundamental para mitigar el costo del control inflacionario. Iniciativas que profundicen los desbalances macroeconómicos o que afecten una adecuada evaluación del riesgo crediticio, dificultarían que esta normalización continúe de manera ordenada e impactan negativamente en las condiciones de financiamiento, junto con incrementar la volatilidad en el mercado financiero chileno.

La materialización de los escenarios de tensión en la deuda en riesgo de hogares y empresas posee un impacto similar al de IEF previos y es coherente con las provisiones acumuladas por la banca, aunque algunos desarrollos requieren ser monitoreados. Los ejercicios de tensión basados en microdatos, que consideran escenarios con fuertes alzas de tasas de interés y caídas relevantes de la actividad económica y del empleo, dan cuenta que los riesgos agregados permanecen estables. No obstante, se observa una mayor sensibilidad en la capacidad de pago de algunos grupos de hogares y empresas ante deterioros de las condiciones de financiamiento y menores salarios reales, especialmente de aquellos que suelen financiarse a plazos más cortos, o que presentan mayor uso de créditos rotativos. Esto afectaría las carteras de bancos y oferentes de crédito no bancarios con mayor exposición a

dichos segmentos.

El marco institucional, regulatorio y de política financiera representa una fortaleza del sistema financiero chileno. Su robustez requiere de escrutinio y una mejora continua en un entorno desafiante. En ese sentido, el Banco y las otras autoridades regulatorias del sistema financiero nacional (Comisión para el Mercado Financiero, Superintendencia de Pensiones y Ministerio de Hacienda) se encuentran trabajando sobre las sugerencias emanadas de una reciente evaluación del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.

Las principales recomendaciones se refieren a la necesidad de robustecer la supervisión integrada de conglomerados financieros y contar con un sistema consolidado de información crediticia. Otras recomendaciones se relacionan con la implementación de un sistema institucional de resolución bancaria, actualizando el esquema de seguro de depósitos. En lo referente al campo de acción del Banco Central, se continúa avanzando con la agenda de política financiera para robustecer al mercado local, con iniciativas referidas a sistemas de pagos, la convergencia con estándares internacionales en la regulación de liquidez bancaria y el inicio de la implementación del mecanismo de Requerimiento de Capital Contracíclico. De hecho, previo a la publicación de este Informe, se realizó la primera Reunión de Política Financiera, donde el Consejo del Banco Central de Chile acordó no activar el Requerimiento de Capital Contracíclico.

Recuadros y capítulo temático

El IEF incluye un capítulo temático sobre el cambio climático, que da cuenta de los desafíos que este implica para la estabilidad del sistema financiero. En el capítulo se señala que las consecuencias del cambio climático ya son visibles y se profundizarán en las próximas décadas bajo prácticamente todos los escenarios, con impactos negativos en la economía y la estabilidad financiera. Los agentes se verán afectados en múltiples dimensiones, con efectos potencialmente sistémicos, los que requieren ser evaluados y mitigados. Este proceso conlleva riesgos que recaerán en el sistema financiero, que es preciso anticipar y contar con herramientas adecuadas para cuantificar su impacto. Esto ha motivado al Banco a diseñar una agenda de trabajo en línea con sus objetivos, la que incluye el desarrollo de pruebas de tensión con consideraciones climáticas para el sistema bancario, incorporar esta temática en sus herramientas de monitoreo de estabilidad financiera y generar conocimiento y estadísticas para el mejor cumplimiento de sus funciones. Este capítulo temático es un primer paso hacia la concreción de estos objetivos en coherencia con el mandato del BCCh.

Adicionalmente, el IEF incluye los siguientes recuadros:

1. Efectos indirectos de las políticas de crédito durante la pandemia: aborda los beneficios que se registraron en la cadena de proveedores cuando una empresa recibió crédito FOGAPE‐Covid, la evidencia indica que las redes de producción y crédito amplificaron los efectos positivos de esta política.

2. Proceso de decisión de las Reuniones de Política Financiera (RPF): entrega antecedentes adicionales (se suma al recuadro sobre RPF del IEF anterior) sobre el Requerimiento de Capital Contracíclico que se inaugura con la RPF de mayo.

3. Finanzas sostenibles y banca central: describe la creciente inclusión de criterios de sostenibilidad en las políticas de inversión de los bancos centrales en el mundo, en un contexto donde este tipo de instrumentos financieros ha ganado relevancia, aborda también los beneficios asociados a considerar estos aspectos.

4. Programa de evaluación del sector financiero chileno (FSAP) 2021: resume las recomendaciones emanadas de la evaluación al sistema financiero chileno que llevaron a cabo el Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial durante el año pasado.

5. Consideraciones sobre el Proyecto de ley que crea un Registro de Deuda Consolidada: discute las implicancias del proyecto de ley que busca unificar la información de deuda y agregar aspectos positivos al registro de crédito. Señala que un registro de deuda consolidado contribuye a la estabilidad financiera a través de mejorar el acceso y disminuir el costo de financiamiento para las personas.

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