Alejandro Millán Carreño
Continuando con las entrevistas sobre autoridades comunales que ejercen un cargo público en Alto Hospicio, hoy conversamos con el único concejal reelecto, el administrador de empresa Alejandro Millán Carreño, quien nos relata su experiencia en llevar a cabo la misión que le encomendó la ciudadanía, sus preocupaciones y propuestas para hacer un Alto Hospicio más amable para vivir.
¿Cuál cree usted que fue la clave para que la gente nuevamente depositara su voto de confianza en este segundo periodo?
-Creo que fue mi manera de hacer “política pública”, soy independiente, no milito en ningún partido y me esfuerzo en defender los derechos de los vecinos promoviendo proyectos en su beneficio, además de fiscalizar la labor del alcalde. Soy muy cercano a las organizaciones sociales que trabajan para la gente. Me reúno y participo en terreno con los vecinos y vecinas; escucho sus demandas y las planteo en el Concejo municipal donde muchas de sus inquietudes y peticiones llegan a buen término .
La gente de Alto Hospicio es agradecida y reconoce a quienes siempre están presentes cuando más lo necesitan. Mi afán de ayudar a quienes se encuentren en situación de vulnerabilidad, sobre todo, me anima a seguir gestionando acciones, apoyar e impulsar programas y proyectos comunales que los beneficien y puedan ir mejorando su calidad de vida.
Desde que llegué a trabajar a la comuna el año 1998, para administrar el primer supermercado (Rossi) en el territorio (1999), cuyo propietario era Cesare Rossi Banchero, en donde hoy está la placa bancaria, pude conocer de las necesidades y esfuerzo de los primeros vecinos y vecinas que estaban llegando a vivir al territorio.
Ahí conocí el temperamento y sacrificio de los pobladores de Alto Hospicio, que de la nada han logrado hacer lo que es la ciudad hoy. Ese espíritu y carácter de superación, me sorprendió y empatizó; y cada vez que ellos acudían al centro comercial bajo mi cargo, en busca de ayuda, dentro de las posibilidades la dirección del supermercado las apoyaba.
Esos vínculos con las primeras organizaciones sociales y juntas de vecinos de una urbe que estaba muy postergada, en donde la mayoría de la gente trabajaba en Iquique, ya que las fuentes de empleos aquí eran escasas, me motivó a seguir ayudando desde otra esfera como es desde el municipio para así contribuir al crecimiento de la ciudad para que todos puedan vivir en sana armonía, tranquilidad y seguridad.
Concejal, en todo ese proceso de desarrollo de Alto Hospicio, ¿qué recuerdos y qué papel le atribuye a Cesare Rossi Banchero, uno de los primeros emprendedores que se afincaron en esta comuna que no para de crecer?
El emprendimiento impulsado por Cesare Rossi Banchero, propietario del supermercado Rossi que administré, aportó en sus inicios junto a otros empresarios de otros rubros, con su granito arena al desarrollo de esta pujante ciudad; abrió las puertas a que más empresas se atrevieran a invertir en Alto Hospicio, cuando nadie apostaba “un peso” por instalarse en esta zona, que aún era parte de la comuna de Iquique. La historia le dio la razón a Cesare Rossi y no se equivocó en su emprendimiento.
Hoy la ciudad en su cumpleaños 18 de su creación, luego de separarse de la comuna de Iquique, no para de crecer a pesar de todas sus dificultades, y en ese devenir en donde falta mucho por hacer quiero seguir aportando en la construcción de un Alto Hospicio fuerte, hermoso y amable para vivir.
¿Qué es lo que falta por hacer o cuál cree usted que son los factores que impiden que se generen o concluyan los grandes proyectos en beneficio de la comunidad?
-Uno de los grandes problemas para solucionar los problemas de la ciudad y de la gente es la burocracia del sistema y la poca disponibilidad de recursos del gobierno comunal. Como cada día crece la ciudad, el presupuesto municipal cada vez es insuficiente para entregar una mejor atención a la ciudadanía, como es la prestación de servicios públicos domiciliarios y de las necesidades básicas en salud y educación; además de saneamiento ambiental, entre otros.
Y en lo que concierne a los proyectos que se postulan al gobierno regional, éstos se demoran mucho en ejecutarse, por una u otra razón. Hay mucha discusión política que entorpece y retrasa la concreción de las obras.
Proyectos que costaban, por ejemplo, 100 millones, mañana cuestan 130 millones por demoras en su aplicación, hecho que requiere una nueva evaluación presupuestaria y así siguen pasando los días y la gente esperando.
Año 2022, transcurridos más de 5 años en que asumió por vez primera la concejalía de la municipalidad de Alto Hospicio, ¿Cómo evalúa este segundo periodo?,
-Este segundo mandato lo observo con mucha preocupación; luego del estallido social, la pandemia y la migración irregular que aún continúa, todo se puso muy complejo, sobre todo, en el ámbito de la seguridad no solo de Alto Hospicio sino de toda la región de Tarapacá.
La gente se siente insegura, muchas vecinas me cuentan que ya no pueden salir tranquilamente a comprar, ni menos en horas de la noche. Tienen temor por la importación de delitos que no se veían por acá, como el secuestro, el sicariato y la violencia en los delitos.
Estamos muy abandonados por el Estado, nuestros carabineros no dan abasto, falta personal y equipamiento para las tareas de prevención y seguridad pública en todo el territorio que presenta un sostenido crecimiento, agudizado por los asentamientos irregulares que no se detienen.
¿Qué espera de las nuevas autoridades de gobierno para retomar la tranquilidad y la senda del crecimiento económico que está muy al debe?
-Falta orden y revisión de leyes muy garantistas que permiten la “puerta giratoria” de la justicia, dando una sensación que los que infringen la ley tienen más privilegios que las víctimas.
Además se requiere de una política clara migratoria que evite que se infiltren personas que solo vienen a delinquir, a hacer daño y no trabajar. La compleja situación migratoria está afectando el desarrollo de la ciudad, agravando la crisis de salud, educación y vivienda, entre otros, ya que Alto Hospicio no cuenta con recursos ni infraestructura suficientes para una población que supera los 160 mil habitantes.
Aquí se requiere una atención urgente del Gobierno para que la gente pueda recuperar la tranquilidad y vivir en paz. Con planificación, más recursos y voluntad política todo se puede; construyendo más centros de salud, colegios, viviendas y nuevas fuentes de empleos, entre otras infraestructuras como cuarteles de carabineros, Alto Hospicio puede mirar con esperanza el futuro.
¿Usted tiene alguna aspiración política más adelante, piensa postularse a un cargo en la comuna o región de Tarapacá?
-No, no busco la repostulación, creo que va a ser mi último periodo. Me gusta lo social y puedo seguir aportando desde lo privado ayudando a la gente, como lo he estado haciendo desde que llegué a vivir a Alto Hospicio. Además, considero que hay que darle la oportunidad a las nuevas generaciones que tienen muchas ganas y amor por el servicio público, como se observa hoy en el actual Concejo Municipal, donde la mayoría son personas jóvenes con deseos de construir una ciudad para todos y sin exclusión.