La idea de celebrar el 1° de mayo surgió en Australia, donde los obreros conquistaron por primera vez la jornada de 8 horas (1855) en Nueva Gales del Sur, después se impusieron en Victoria (1856) y en Queensland (1858).
En 1884, la Federación de Trabajadores de Estados Unidos fijó el 1° de Mayo de 1886 como punto de partida para imponer la jornada de 8 horas de trabajo, ese día justamente se efectuó una gran huelga en varios estados de la Unión. Cuatro días después (5 de mayo), los obreros celebraron una concentración para reafirmar sus derechos. En Chicago, donde los trabajadores Vivian en peores condiciones que los de otros estados, se trabajaba 13 y 14 horas diarias razón por la cual fue el centro más activo de la agitación en los Estados Unidos. Se reunieron 340.000 trabajadores que dejaron sus fábricas para vocear sus demandas. Dos Organizaciones dirigían la huelga por las ocho horas: La Asociación de Trabajadores y Artesanos y la Unión Obrera Central. El Diario Chicago Tribuna publicaba: El plomo es la mejor alimentación para los huelguistas…La prisión y los trabajos forzados son la única solución posible a la cuestión social. No hay que esperar que esto se extienda, para aplicar una sanción ejemplar a quienes dirigen la agitación.
Mientras se desarrollaba la multitudinaria manifestación estalló una bomba que dejó un trágico saldo de 38 obreros muertos y 115 heridos y seis policías fallecieron. El Gobierno culpo y detuvo a los dirigentes líderes del movimiento, sus domicilios fueron allanados y violentados salvajemente, destruidas sus bibliotecas y enseres, para finalmente ser acusados de que habían fabricado y transportado hasta la plaza de Haymarket la bomba que desencadenó la feroz matanza y les entabló un proceso en contra, que prácticamente fue una parodia de mezquinos intereses que relegaron al último plano las normas de justicia. Spies, Parson, Fielden, Fischer, Engel, Schwab, Lingg y Neebe pagaron con sus vidas o la cárcel estas demandas de los obreros. Cuatro dirigentes fueron condenados y ahorcados el 11 de noviembre de 1887, otro detenido prefirió suicidarse. La mayoría de ellos pasaron a la historia universal como los mártires de Chicago. Siete años más tarde. Ninguno de los cargos hechos a los mártires, se pudo comprobar y se ordenó la libertad del último grupo de dirigentes detenidos y públicamente se reconoció la irregularidad del juicio. Estos fueron los hechos que consideró la American Federatión en el congreso Internacional Socialista en 1889.
En nuestro país el 29 de Abril de 1930, el presidente de la República de Chile, Carlos Ibáñez del Campo, dictó un decreto por el cual se declara al 1° de mayo feriado nacional.
Iquique y la pampa salitrera fueron el crisol y escenario donde se escribieron las páginas imperecederas del sindicalismo obrero y del nacimiento de partidos políticos de extracción netamente proletaria.
HUGO BARRAZA JOFRÉ
INVESTIGADOR, ESCRITOR