· Controladores de tránsito aéreo de Chile lideran proyecto que se trabaja desde hace años, junto a compañías aéreas y DGAC.
El planeta se enfrenta al dilema de generar soluciones ecoamigables y a la vez que respondan a las demandas de desarrollo de la sociedad. La aeronavegación no escapa a ello y, por eso, los controladores de tránsito aéreo, junto a representantes de compañías aéreas y la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), están trabajando desde hace años en la búsqueda de respuestas que aporten en este camino.
Una de esas soluciones es la utilización de las dos pistas del Aeropuerto de Santiago, en forma simultánea e independiente, duplicando el número de operaciones (pasando de 40 a 80 horas operativas aproximadamente), disminuyendo la congestión aérea, reduciendo los tiempos de espera de pasajeros y aportando al medioambiente (por ejemplo, con menos aviones sobrevolando en espera es menor el gasto de combustible y el impacto ambiental que esto implica).
«En la época en que se diseñó y entró en vigor (2005) el proyecto de dos pistas en el aeropuerto de Santiago, la navegación aérea era muy distinta a lo que es en la actualidad. En esos años se pensó que nunca se iba a operar con las dos pistas en forma simultánea, dos despegues o aterrizajes simultáneos no ocurrirían; pero, con el tiempo y la utilización de nuevas tecnologías la realidad fue cambiando y se hizo posible mejorar la navegación y hacerla más precisa, utilizando ambas pistas en forma más constante», explica Jorge Caro Gálvez, presidente del Colegio de Controladores de Tránsito Aéreo de Chile, gremio que ha entregado el soporte y respaldo a los socios que han estado desarrollando esta iniciativa.
«Hoy se está trabajando en procedimientos de vuelo para que los aviones con las capacidades que tienen a bordo más los recursos con que cuenta el control aéreo, puedan utilizar las dos pistas de forma simultánea y permanente. Así se podrá aumentar la capacidad de servicio sin hacer una gran inversión, aprovechando todos los recursos ya existentes y atendiendo a los estándares ambientales. Aún más, soluciones de este tipo también están siendo aplicadas en los aeródromos de otras regiones con el fin de hacer más eficiente los vuelos», enfatiza.
Caro resalta la importancia de que este proyecto se esté trabajando en conjunto con las compañías aéreas: «el trabajo que se realiza de esta forma, en sinergia y con beneficios mutuos marca el camino correcto para llegar a un buen resultado final. Es clave impulsar el trabajo colaborativo, como el que hemos estado desarrollando desde el año 2010».