Para mejorar convivencia escolar y efectos post pandémicos
Un taller participativo y práctico para entregar a los encargados de convivencia escolar, dupla sicosocial, asistentes de la educación y profesores; las herramientas para lograr -post confinamiento de la pandemia- retomar la sana convivencia escolar desarrollaron ayer Secreduc y la Universidad Arturo Prat. La jornada fue el inicio de un ciclo de 14 talleres que se impartirán durante este año insertos en la iniciativa “movilizándonos para fortalecer la educación”.
Según explicó Marcela Quintana, decana de la facultad de ciencias humanas de la Unap, explicó que el taller está estructurado para que los agentes educativos lleven información al aula. “Lo teórico lo podemos escuchar o leer, pero la idea de este taller socioemocional y de salud mental es que sean actividades prácticas. Ese es el mandato del diseño e implementación para el taller y eso lo estamos aplicando, porque así impactará tanto en el estudiante como en el apoderado al estar informados de como aportar en la mejora emocional de niños y niñas”.
Pablo Mora, profesor de castellano y parte de la facultad de ciencias humanas de la Unap, fue el relator del taller de habilidades socioemocionales y explicó que debido al estallido 2019 y dos años de pandemia con clases remotas, este retorno a la presencialidad ha tenido maltrato escolar, violencia, falta de respeto entre estudiantes y también con autoridades y profesores.
“Por eso este taller busca mejorar las habilidades del equipo docente y equipo directivo de las comunidades educacionales abarcando áreas del desarrollo de habilidades socioemocionales para cambiar la conducta al interior de aulas y en los estudiantes mejorar sus habilidades para la vida a fin que se desarrollen como ciudadanos de bien”.
Agregó que el incremento de violencia y situaciones complejas tiene su origen en un rezago de aprendizajes especialmente en lo socioemocional, por eso en el taller plantean entregar a los docentes herramientas como teatro escolar, meditación guiada, trabajos de habilidad socioemocional en aula, trabajo en asignatura de orientación, por lo tanto todo esto concadenarlo para desarrollar emocionalidad intrínseca y extrínseca y mejorar relaciones sanas.
Recalca que escuelas, liceos y la universidad es punto de encuentro y de sociabilidad donde se forma el ciudadano, “tras volver a la presencialidad debe volver a desarrollarse las habilidades que permiten compartir con el otro, convivir sanamente, desarrollarse internamente en un clima sano para el desarrollo de habilidades cognitivas, comprensión lectora, resolución de problemas matemáticos pero sin dejar de lado la emocionalidad que es lo más importante tras la pandemia. Por eso las habilidades que desarrollaremos acá apuntan al Suma Q’amaña, el buen vivir de la cosmovisión aymara”.
DESAFÍOS
Carmen Barrera, jefe provincial de educación, al referirse a la importancia de los talleres de habilidades socioemocionales y salud mental dijo que el impacto que tuvo la pandemia en la educación se nota en que la convivencia y muchas otras cosas no han sido como se esperaban en este retorno al aula.
“Con esta actividad damos un mensaje a la comunidad que el Mineduc está preocupado y trabajando en colaboración con instituciones regionales. Esta estrategia tiene pertinencia territorial porque no llega desde Santiago, aquí se ha recogido la necesidad dada por la comunidad educativa y se trabaja con la universidad local, articulándose con instituciones relevantes de la región como seremi de salud y otros actores que están para responder a los requerimientos y necesidades”.
Enfatiza que hay un desafío, que tiene que ver con un horizonte de transformaciones para pensar y ver de manera diferente lo que significa la educación y el modelo educativo, “recogiendo lo que las comunidades piensan y cómo se levantará un bienestar, que criterios usaran para la salud mental que no se consideraba y que hoy es un tema importante en el proceso de formación del docente. Porque en tiempo de pandemia todo el trabajo lo levantaron las y los docentes, entonces ellos son quienes mejor pueden decirnos como trabajar la buena convivencia en las aulas”.
Finalmente la académica Marcela Quintana, señala que todo lo aprendido en pandemia debe usarse para adecuar los planes formativos de los futuros profesores y profesoras.
“Estos dos años de pandemia significaron un desafío y aprendizaje, saber que podemos hacer las cosas diferentes, entender que hay que preparar a nuestros profesores para enfrentar situaciones que no están escritas en ninguna parte. Esa información recabada en estudios y trabajos existentes, debemos bajarla para adecuar nuestros planes formativos y esos profesores que formemos puedan enfrentar de mejor manera la labor docente, no solo en los contenidos sino en las competencias y habilidades que deben poseer en trabajo colaborativo, comunitario. Todo eso, trabajo en conjunto, permitirá aportar en la formación de preferencia y este trabajo junto al Mineduc a través del CEPIP es fundamental porque para mejorar se requiere colaboración. Nosotros como Universidad tenemos la misión de aportar al desarrollo y mejora de la región, para que los estudiantes aprendan bien pero en un buen ambiente”.
