
Por: Manuel Castillo Martínez
La Torre “Eiffel”; es uno de los atractivos de la ciudad de París. Si
bien es cierto es el más conocido, no es lo único que tiene París para
ofrecer.
El nombre París; proviene del pueblo galo de los parisios ( Parisii;
en latin). La palabra “París” deriva del latín Civitas Parisiorum (‘la
ciudad de los parisi’), designación que estuvo sobre Lutecia (cuyo
nombre completo era Lutetia Parisii). No se conoce con certeza el
origen del nombre de los parisii.
Esta “ciudad luz” (Ville Lumiere); como se le denomina, es la
ciudad más poblada de Francia, con 2.273.305 habitantes en 2015.
Toda la región de París; junto a Londres; son los polos económicos
más importantes de la “vieja Europa”.
Una de las cosas que me maravilla de París, es su arquitectura: y la
ciudad esta dividida entre el antiguo París y el moderno; con esos
edificios que son avanzados para la época que vivimos;
¡simplemente espectaculares!.
Es también; el destino turístico más importante de toda Europa con
42 millones de visitantes extranjeros al año.
París ha sido un centro cultural y artístico relevante en la historia
occidental. En ella nacieron, se formaron o desarrollaron sus
carreras figuras francesas de la talla de René Descartes, Molière,
Voltaire, Victor Hugo, Émile Zola, Alexandre Dumas, hijo, Edgar
Degas y Claude Monet entre otros. Desde comienzos del siglo xix y
hasta finales de la década de 1960, París fue el centro mundial del
arte. Este periodo recibió su brillo de emblemáticos representantes
del arte francés como Braque, Duchamp o Matisse y varios artistas
extranjeros como Beckett, Brancusi, Bertolt Brecht Buñuel,
Hemingway, Joyce, Kandinsky, Mondrian, Picasso y Stravinski.
Pero “no todo lo que brilla es oro”; y es así que la ciudad tiene sus
lados no tan buenos ni agradables; y digo esto puesto que son
comunes las plagas de roedores o ratas en París y además , hace muy
poco tiempo atrás, el alcalde de París, Ana María Hidalgo Aleu;
dictamino que todo aquel que tirara las colillas de cigarrillos en las
calles, deberá pagar una multa; y esto es pues los parisinos, tienen la
mala costumbre de tirar las colillas de cigarro en el piso y entonces
las calles son saturadas de este residuo del tabaco.
Este es París; con su lado bueno y malo; bello y floreciente ; como
un día lo imagino Charles de Gaulle.