Viviana González, Gerente de Plataformas SaaS y Outsourcing de Servicios en Grupo
Avanza
El título de esta columna no es algo antojadizo. DigitALL: Innovation and technology
for gender equality, o en español, Innovación y tecnología para la igualdad de género,
es el lema que presentó ONU Mujeres para trabajar durante este año, priorizando la
innovación, el cambio tecnológico y la educación en la era digital para lograr la
igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas en esta área.
En la práctica, esto significa que habrá un especial enfoque en reducir las brechas
actuales y también en proteger los derechos de las mujeres y las niñas en los
espacios digitales a través de la prevención de la violencia de género, que todavía
está presente en diversas tecnologías y plataformas online.
Desde un punto de vista corporativo, este propósito nos convoca especialmente a
quienes nos dedicamos al rubro STEM (acrónimo en inglés para Science,
Technology, Engineering and Mathematics, es decir, ciencia, tecnología, ingeniería y
matemáticas). De acuerdo con datos de la UNESCO, mundialmente las mujeres
representan sólo el 35% de quienes cursan estudios de enseñanza superior en
STEM. En Chile la situación es similar: Según datos del Ministerio de la Mujer y la
Equidad de Género, el 53% de las matrículas de educación superior corresponde a
mujeres. Sin embargo, sólo una de cada cuatro de ellas optan por carreras de áreas
STEM. Solo el 11% de las empresas tech chilenas son lideradas por mujeres.
El problema de fondo de estas cifras es que las brechas de género reducen las
posibilidades de innovación y de nuevas perspectivas para abordar los desafíos
actuales y futuros. También impiden que las mujeres accedan a mejores puestos
laborales y por ende, a mayores remuneraciones. De hecho, estadísticas de ONU
Mujer señalan que en 2050 el 75% de los trabajos estarán relacionados con las
áreas STEM, área donde el público femenino ocupa hoy sólo el 22% de los puestos
laborales.
Promover la mayor participación de las mujeres en estos espacios tiene varios
beneficios colaterales. Tal como asegura la Unesco, “la igualdad de oportunidades
para desarrollar y tener éxito en carreras STEM ayuda a reducir la brecha salarial,
mejora la seguridad económica de las mujeres, promueve el acceso de mujeres y
niñas a la educación, la capacitación y la investigación y termina generando efectos
en la sociedad completa”.
Además, hay otro factor a considerar. Hoy en día, las empresas exigen no sólo
flexibilidad laboral, sino que también mayor diversidad dentro de los equipos, por lo
que resulta clave fomentar la equidad de género en carreras STEM. La diversidad se
ha vuelto la clave para el futuro de las compañías y por esta razón es necesario
aprovechar todo el capital humano disponible, empezando por conseguir que más
mujeres se sientan motivadas a trabajar en estos campos.
Las organizaciones de todo el mundo están mutando hacia modelos de desarrollo
ágil, donde ya no funcionan los equipos que trabajan de manera unitaria y aislada,
sino que aquellos que se integran proactivamente con el resto y cuentan con
conocimientos profesionales y habilidades blandas. Sabemos por experiencia que
las mujeres son especialmente capaces en estos dos ámbitos.
En los próximos meses, como sociedad tenemos un gran desafío de entusiasmar al
público femenino con el potencial que ofrece la digitalización, la tecnología y la
programación. Como empresas, debemos fomentar políticas como ofrecer puestos
de trabajo sin discriminación de género y confiando únicamente en las capacidades
de cada persona. Es tarea de todos ayudar a que las mujeres puedan acceder a más
y mejores oportunidades laborales para hacer realidad el objetivo de mayor
innovación y tecnología con enfoque de género en 2023.