En el contexto del Día Internacional del Síndrome de Asperger, especialista enfatiza en la
importancia de un diagnóstico precoz y oportuno que evite la estigmatización, depresión y poca
integración de niños y adolescentes. Este síndrome puede tardar años en ser diagnosticado y
muchas veces se confunde con déficit atencional u otros patrones de TEA.
“El diagnóstico puede tardar varios años, más en casos leves, estos en general se diagnostican en
la adolescencia o terminando la infancia porque ahí aparecen los patrones de intereses
restringidos y un mayor aislamiento social, los que en un inicio son confundidos con déficit
atencional u otros patrones de TEA. El diagnóstico y manejo adecuado u oportuno mejora las
posibilidades de integración y desarrollo de los pacientes. Muchos logran vidas normales e
integradas, son autovalentes, haciendo importantes aportes a nuestra sociedad”, refuerza la Dra.
Evelyn Benavides, neuróloga de Clínica Las Condes.
El Síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo que se incluye dentro de los Trastornos de
Espectro Autista (TEA), que afecta la interacción social recíproca, la comunicación verbal y no
verbal, donde además se presenta una resistencia para aceptar los cambios.
Generalmente, los niños con este síndrome tienen un gran desarrollo en habilidades vinculadas a
la memoria. Sin embargo, lo complejo surge cuando el paciente está levemente afectado y, por
ende, sin un diagnóstico preciso, lo que les hace parecer diferentes y con un carácter particular
que muchos no entienden.
Una de las características más particulares del síndrome de Asperger es la dificultad de interacción
social. Así lo destaca la Dra. Benavides, quien además presenta cuáles son las conductas de alerta
para detectar tempranamente este síndrome.
- Inmadurez emocional.
- Rutinas autoimpuestas.
- Intereses limitados.
- Uso de un lenguaje robótico o repetitivo.
- Dificultad en la flexibilidad del pensamiento. Por eso es habitual que presente problemas
académicos. - Dificultad para trabajar en equipo y mantener relaciones interpersonales.
- Ansiedad y depresión.
- Perfeccionismo.
- Dificultad en la toma de decisiones.
- Comentarios muy directos.
- Problemas para entender las bromas e ironías.
“Pese a los diferentes síntomas que puede presentar el paciente, es necesario destacar que estos
se manifiestan de diversas maneras en cada individuo, por lo que será necesario un diagnóstico
individual y multidisciplinario”, agrega la Dra. Benavides.
Los pacientes que tienen este síndrome desarrollan una fijación extrema por un tema o actividad
en específico. Estos intereses pueden convertirse en obsesiones e incluso llevarlos a desarrollar
comportamientos repetitivos. También presentan dificultades para comprender el lenguaje, lo que
puede hacer que se sientan aislados o excluidos en actividades grupales. Esto ante la dificultad de
verbalizar normalmente sus emociones.
A diferencia de los niños con Trastorno de Espectro Autista (TEA), quienes padecen Síndrome de
Asperger pueden no presentar ningún retraso en el desarrollo del lenguaje, dado que suelen
utilizar un vocabulario avanzado a edades tempranas. Sin embargo, muchos de ellos presentan un
trastorno del lenguaje vinculados a un uso sumamente literal que puede traer consigo problemas
al aplicarlo en otros contextos, lo que muchas veces genera estigmatización.
“Además, hay pacientes que tienden a desarrollar patrones repetitivos en el
comportamiento como movimientos constantes de manos y pueden tener dificultades para
adaptarse a los cambios”, agrega la especialista de Clínica Las Condes.
¿Cómo es posible diagnosticar el síndrome?
Dentro de los signos de alerta están aquellos comportamientos que se observan y que llaman la
atención pues se presentan al ser poco usuales y por no ser concordantes a la edad del menor.
Es importante mencionar que el Síndrome de Asperger no se debe a carencias emocionales ni es
causado por el tipo de crianza que se ha recibido, usualmente se cree esto a raíz de las conductas
asociadas al trastorno, se trata de una patología neurobiológica cuyas causas aún no se
determinan con exactitud.
En la actualidad, no existe una cura para este trastorno, aquellos niños que la padecen, la
manifiestan durante toda su vida. Por lo mismo, surge la importancia de conocer cómo brindar
apoyo tanto al paciente como a su círculo cercano.
La especialista de Clínica Las Condes recomienda:
- Buscar información y entrenamiento especializado para padres.
- Potenciar el entrenamiento de habilidades sociales.
- Realizar terapia del lenguaje.
- Uso de medicamentos bajo indicación de especialista.
- En el caso de niños pequeños, se recomienda un entrenamiento de integración sensorial,
que incluya terapia ocupacional para que los pacientes pierdan la sensibilidad a aquellos
estímulos que les son extremadamente perceptibles. - En el caso de niños más grandes se recomienda en algunos pacientes la psicoterapia.
El tratamiento de este síndrome está orientado al manejo de la sintomatología estresante, así
como a la enseñanza de las habilidades sociales y comunicativas apropiadas para la edad que no
han sido adquiridas de forma natural, establecidas a partir de una evaluación multidisciplinaria.
Algunos fármacos ayudan en el manejo de la ansiedad, de los trastornos de sueño y a la
irritabilidad. Sin embargo, lo ideal es evitar los estimulantes como azucares refinados, cafeína,
tratando de mantener una alimentación variada ya que algunos pacientes presentan predilección
por unos pocos alimentos haciendo que la nutrición no sea balanceada.
“El llamado es a aceptar las diferencias y lograr la inclusión de los pacientes con Síndrome de
Asperger en la mayor cantidad de ámbitos de la sociedad, logrando visibilizar que es un continuo
entre pacientes con pocos síntomas y que lograr una buena adaptación social y laboral hasta casos
que requieren más apoyo de todos como sociedad”, finaliza la Dra. Benavides de Clínica Las
Condes.
Un diagnóstico oportuno es fundamental para la integración escolar y la aceptación familiar del
síndrome para así adecuar las dinámicas de interacción.